RIESGO DE EMERGENCIA SANITARIA: ¿QUIÉN ES EL CULPABLE?
A
pesar de que se garantizaba lo contrario, el pleito entre el Gobierno del
Estado de Veracruz y la empresa Finamed ha comenzado a tener repercusiones en
la prestación de los servicios de salud de la entidad, con la posibilidad de graves
consecuencias.
El
primer foco rojo se registró en el Centro de Especialidades Médicas “Dr. Rafael
Lucio” de la ciudad de Xalapa, uno de los más grandes de todo el estado. Luego
de que Finamed dejó de prestar el servicio de hemodiálisis, los 66 pacientes
con problemas renales que ahí se atienden fueron informados de que tendrán que
pagar más por las sesiones, pero recibirán menos de éstas al mes.
Antes,
erogaban 500 pesos por 12 sesiones mensuales. Ahora les costarán mil 500 pesos,
y sólo recibirán ocho. Pero esto únicamente incluye el servicio de la máquina
de hemodiálisis. Ya no abarca el suministro de hierro y hemopoyetina, ni
estudios de laboratorio o consultas extra, lo que eleva los costos de los
tratamientos, según estiman los pacientes, entre tres y cuatro mil pesos. Y
tratándose en la mayoría de los casos de personas de escasos recursos, les
resulta incosteable.
Finamed
dejó de prestar sus servicios de operación de máquinas y suministro de
consumibles en el sector salud de Veracruz desde el pasado 16 de agosto, alegando
que el Gobierno del Estado le debe más de 18 de meses de pago por los mismos.
De
esta forma, retiró a su personal de 11 nosocomios: Centro de Especialidades Médicas
“Dr. Rafael Lucio” en Xalapa; Hospital General “Dr. Luis F. Nachón”, de Xalapa;
Hospital General Regional de Alta Especialidad de Veracruz; Hospital General “Dr.
Emilio Alcázar” de Tuxpan; Hospital Regional de Poza Rica; Hospital General “Manuel
Ávila Camacho” de Martínez de la Torre; Hospital General “Jesús García Corona”
de Tierra Blanca; Hospital General “Yanga” de Córdoba; Hospital Regional de Río
Blanco; Hospital General “Dr. Bernardo Peña” de San Andrés Tuxtla; y Hospital
General “Dr. Valentín Gómez Farías”, de Coatzacoalcos.
A
su llegada a la titularidad de la Secretaría de Salud, Juan Antonio Nemi Dib
anunció que le sería rescindido el contrato a Finamed porque el equipo no
funcionaba correctamente y, en algunos casos, ni siquiera había sido instalado
en los centros de salud que le habían sido asignados.
En
su defensa, Finamed afirma que “ayudó a modernizar el sistema de salud estatal
con una inversión en obra física de más de 80 millones de pesos en la
construcción de cinco nuevas unidades hospitalarias, con 43 máquinas, y se
habilitaron dos salas de hemodiálisis con 17 máquinas adicionales para otorgar
el servicio, con un total de 60 máquinas”.
“También
remodeló y adecuó la infraestructura para los servicios de imaginología en
nueve hospitales. En total la empresa suministró alrededor de 889 mil 200
procedimientos especializados en las áreas de cirugía cardiovascular y torácica;
hemodinamia; quirófano; imaginología y hemodiálisis”, sostiene la empresa a
través de un comunicado.
Como
se consignó es este espacio hace unos meses, el gobierno estatal anterior, que encabezaba
Fidel Herrera Beltrán, le otorgó a Finamed en 2009 un mega contrato por cinco
mil millones de pesos para la prestación de sus servicios durante 12 años, que
incluían la renta de equipo médico especializado, transacción que fue aprobada
por el Congreso del Estado a pesar de las protestas de la oposición.
Varias
preguntas surgen de este caso. ¿Por qué, si el servicio de Finamed es tan
deficiente como dice ahora el gobierno estatal, se mantuvo la relación de
trabajo con esta empresa durante dos años y medio? ¿Cómo le hizo Finamed para
aguantar 18 meses sin cobrar? ¿Quién está detrás de Finamed, como para que se
le hubiera asignado un contrato del tamaño del que obtuvo, y que ahora reta al
gobierno veracruzano con la mano en la cintura y lo deja colgado con la
atención de cerca de 250 mil pacientes en la entidad?
Y
sobre todo, ¿quién se va a hacer responsable de lo que constituye a todas luces
un atraco al erario, así como un atentado contra la salud de la población del
estado de Veracruz?
Porque
esta vez pudieron contener la protesta pública de los pacientes con la promesa
de que se atenderían sus reclamos. ¿Aguantaría el sector salud de Veracruz una
generalización de estos problemas en los demás nosocomios afectados?
Difícilmente.
Email:
aureliocontreras@gmail.com
Twitter:
@yeyocontreras
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