LOS OTROS RESPONSABLES DEL DESASTRE
Como
“jefe de las instituciones del estado” –así le encantaba que lo llamaran-,
Javier Duarte de Ochoa es el responsable principal de la debacle sufrida por
Veracruz durante su sexenio, misma que lo tiene cerca de ser sometido a un
proceso judicial histórico.
Pero
ciertamente, y en honor a la verdad, no es el único. A su lado hubo –aún hay-
varios personajes que tienen tanta culpabilidad como él de la penosa situación
por la que atraviesa la entidad en materia financiera, política y de seguridad.
No sólo faltaron a su juramento de cumplir y hacer cumplir la ley, sino que la
violaron con impudicia, obcecada y reiteradamente.
Junto
a Duarte de Ochoa, los integrantes de su círculo cercano manejaron a su antojo
el presupuesto público; dispusieron de los contratos de obra e inversión de
manera patrimonialista, como si les pertenecieran; premiaron o castigaron a
proveedores según fuera el monto del “moche”; se repartieron cargos y se levantaron
feudos políticos como si el poder les fuera a durar toda la vida.
Y
sobre todo, a la vera de esa impunidad que creían eterna, se amasaron
insultantes e injustificables fortunas, inimaginables para muchos de ellos que,
antes de llegar al gobierno, manejaban autos compactos, vivían en casas de
interés social y compraban su ropa en las baratas de las tiendas
departamentales.
La
lista es larga, así que mencionaremos a los principales, como el ex tesorero
Vicente Benítez González, el “señor de las maletas”, el dispersor del dinero en
efectivo para financiar campañas, nóminas, convenios, sobornos. Lo que hiciera
falta. Y que a cambio, pasó de ser un sencillo estudiante becario a un
potentado propietario de mansiones de una manzana entera en Xalapa y de propiedades
de alta plusvalía en países como Costa Rica.
Otro
que destaca notablemente –para mal- es el ex secretario de Seguridad Pública
Arturo Bermúdez Zurita, quien a su paso por el gobierno se convirtió en dueño
de hoteles, restaurantes, empresas de seguridad, escuelas de inglés y de
residencias en el extranjero, y que militarizó a la entidad, violó
flagrantemente los derechos humanos y civiles de la población e incluso está acusado
de homicidio.
Mención
especial merece el ex oficial mayor de la Secretaría de Educación, ex
subsecretario de Finanzas y fallido aspirante a comisionado del Instituto
Veracruzano de Acceso a la Información, Gabriel Deantes Ramos, quien tuvo a su
disposición el arca abierta de los recursos públicos para manipular y comprar
elecciones, partidos, políticos y autoridades electorales, y quien de ser un
humilde vendedor de teléfonos celulares en su natal Tampico, pasó a acumular
una demencial fortuna en Veracruz.
Gina
Domínguez Colío, la vocera fallida de Javier Duarte y alguna vez motejada como
la “vicegobernadora”, dinamitó la relación del gobierno con los periodistas del
estado, por un tiempo uniformó vergonzosamente la agenda informativa y hostigó
a los críticos del gobernador, mientras se hizo millonaria dueña de cafeterías,
residencias, hoteles, tiendas de artesanías y medios de comunicación.
Por
supuesto, no podía faltar la mayor beneficiaria de la corrupción del duartismo:
la esposa del gobernador, Karime Macías Tubilla, quien colocó a sus familiares
en distintas posiciones estratégicas del gobierno desde las que se hicieron
grandes negocios en los rubros de espectáculos, tecnología, agroindustria,
infraestructura y operaciones financieras, y que ahora son investigados por la
simulación de variados actos jurídicos.
Falta
espacio para mencionar a todos los causantes del desastre veracruzano y varios
se quedan, injustamente, en el tintero. Pero sin duda hay uno cuyo papel y
responsabilidad en el actual estado de cosas es fundamental. Sin él no se
podría explicar todo lo que ha sucedido en Veracruz los últimos 12 años, y a
quien la historia deberá juzgar con la misma, si no es que con mayor severidad,
que a Javier Duarte.
Y
ése no es otro que el ex gobernador y actual cónsul de México en Barcelona,
para vergüenza nuestra: Fidel Herrera Beltrán.
Email:
aureliocontreras@gmail.com
Twitter:
@yeyocontreras
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