MARRANADAS


La política en México, y particularmente en Veracruz, se ha alejado por completo de principios y valores democráticos, y en los últimos años se practica, básicamente, a base de juego sucio, de chicanadas, traiciones y puñaladas por la espalda. De lo que un candidato presidencial de funesta memoria llamó alguna vez “marranadas” (con perdón de los cerdos, que ninguna culpa tienen).
El proceso electoral que está en marcha en Veracruz es pletórico de este tipo de conductas. En un bando o en otro, han prostituido el sentido original de la política, que debería ser el de servir a la sociedad, por el de servirse a sí mismos a costa de lo que sea. Y ejemplos sobran. Aquí van unos cuantos.

 -La perversión de las instituciones que, copadas por los intereses de los grupos de poder, dejan de actuar en el marco de la legalidad y toman decisiones o emiten resoluciones para favorecerlos, en detrimento de la convivencia política civilizada, devolviéndonos a un estadio propio de repúblicas bananeras.

 -La corrupción de los políticos que se venden al mejor postor, y son capaces de traicionar principios, valores, banderas y postulados, por unas migajas. No venden a sus madres porque no se dejan (o no tienen).

 -La propagación masiva de correos electrónicos desde cuentas falsas, en los que se ataca con brutalidad, agresividad y hasta vulgaridad a los adversarios políticos, sin dar la cara.

 -El uso descarado de recursos públicos (en efectivo o en especie) para impulsar candidaturas de amigos, amantes, compadres o compromisos diversos. Más no de quienes en realidad pudieran hacer algo positivo por su comunidad.

 -Cuando en pos del dinero y un poder efímero, se olvida el pasado profesional y personal y se tiran al basurero trayectoria, ideales y amistades.

 -El ataque visceral que desde oficinas públicas se manda hacer a través de libelos y pasquines de cuarta, en contra de actores políticos o periodistas que osan ser voces críticas de todas estas prácticas.

 -La impunidad con que todo lo anterior es llevado a cabo, frente a la impotencia de quienes sí les importa tener un mejor porvenir, y la desidia de quienes prefieren voltear la mirada y concentrarse en el futbol o las telenovelas.

 Hay días, como éste, que duele escribir. Tanta suciedad enferma.

Twitter: @yeyocontreras


Comentarios

Entradas populares de este blog

¿Y SI PERDIÓ ROCÍO?

LA UV Y EL “PATIÑO” TEMBLOROSO

DESCOMPOSICIÓN TOTAL