CUANDO DOS NO ES IGUAL QUE UNO MAS UNO


Comenzó la fase fuerte del proceso electoral. Las coaliciones de partidos que participarán en la contienda fueron registradas y aceptadas por el Instituto Electoral Veracruzano, y ahora viene la definición de quiénes serán los candidatos a las alcaldías y diputaciones.
La coalición entre el PRI y el Partido Verde, denominada “Veracruz para adelante”, busca asociar la imagen de los candidatos de la misma con la del programa social estrella del Gobierno del Estado, que se llama precisamente “Adelante”. Habría que ver qué tan legal es esa asociación, pero por lo pronto así va.
Acción Nacional y el PRD irán juntos en lo llamaron “Gran alianza por ti”. Después de un intenso estira y afloja, convinieron una repartición de municipios y distritos que parece es equilibrada y congruente con la fuerza de cada partido en esas demarcaciones.
Lo interesante aquí será si tales uniones son lo productivas que sus promotores dicen que son. En el caso PRI-PVEM, los verdes son los únicos que en realidad se han beneficiado de coaligarse con el tricolor desde 2003. Al PRI poco o nada le suma aliarse con un partido cuya militancia y estructura es exigua, por no decir inexistente. Pero por alguna extraña razón han mantenido con vida a este partido desde hace una década.
La alianza de amarillos y azules es completamente pragmática y lo que busca es unir la fuerza de los principales partidos de oposición para arrebatarle el poder al PRI. No hay una propuesta programática real, y no podría haberla, pues al menos en el papel, la dirección ideológica de ambos institutos es diametralmente opuesta.
La apuesta de PAN y PRD para unir fuerzas se basa en una lógica aritmética: sumarse para sacar más votos que el oponente más fuerte. Y como punto de referencia tomaron las votaciones de la elección federal del año pasado. Por esa causa, por ejemplo, es que el PRD encabezará la coalición en ciudades como Xalapa y Coatzacoalcos, y el PAN en Veracruz, Boca del Río y Córdoba.
Empero, la política, y más aún la política electoral, no es tan simple como meter canicas a una sola bolsa. En el caso del PRD, su alta votación en Xalapa en 2012 la obtuvo coaligado con el PT y Movimiento Ciudadano, partidos que como el propio sol azteca enarbolan postulados de izquierda.
Nada les garantiza que esos mismos votantes que llevaron a la Cámara de Diputados a Uriel Flores Aguayo vean con buenos ojos una alianza con la derecha, con el partido que denostaron todo el sexenio anterior, aunque volvieran a postular al mismo candidato. Y como sus antiguos aliados no se sumaron a la coalición, es probable que le resten los votos de la gente que les cree que de verdad son de izquierda. Y lo mismo pasa del otro lado. Difícilmente un simpatizante panista votará por un perredista, y viceversa.
Necesitarán presentar algo más que el solo membrete de una “Gran alianza por ti” para enfrentar a la maquinaria priista, que echará mano de todos los recursos que tenga a la mano para conservar la mayoría en el Congreso y el poder en los municipios más importantes, con todo y el lastre del PVEM.
Porque, citando y parafraseando al cantautor español Joaquín Sabina, en política no siempre dos es igual que uno mas uno.

Twitter: @yeyocontreras

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