LOS FUNCIONARIOS DE LA GENERACIÓN "PRÓSPERA"
La
confirmación de los personajes que se integraron a nuevos cargos en la
administración del gobernador Javier Duarte de Ochoa dejó en claro que el cese
fulminante de Gabriel Deantes y Édgar Spinoso hace unos días no se debió
necesariamente a su falta de probidad.
Las
“cartas credenciales” de sus relevos y del resto de los enroques de nuevos
funcionarios deja bastante que desear, y no abona absolutamente en nada para
mejorar la imagen del Ejecutivo estatal en su conjunto.
Para
abrir boca, se nombró como oficial mayor de la Secretaría de Educación a
Vicente Benítez. Para quienes no lo conozcan, se desempeñaba como tesorero de
la Secretaría de Finanzas y Planeación cuando aquel affaire de las maletas con
25 millones de pesos en efectivo incautadas a personal del Gobierno de Veracruz
por la PGR en el aeropuerto de Toluca en 2012, en los albores de la campaña
presidencial.
Aunque
el entonces secretario de Finanzas Tomás Ruiz González pretextó que ese dinero
era un adelanto para pagar parte de la organización de las fiestas de La
Candelaria y de la Cumbre Tajín –lo que de ser cierto, habría significado un
delito de evasión fiscal, por el monto de dinero que se trasladaba–, siempre
quedó en el aire la sospecha de que el destino real del dinero era la campaña
del candidato del PRI a la Presidencia, Enrique Peña Nieto.
Y
para quitarse el golpe, la culpa del “error” fue achacada a Vicente Benítez,
quien tuvo que “renunciar” a su cargo público. Aunque no fue dejado a su
suerte, al contrario. Fue habilitado como el “operador” financiero en la sombra
de las campañas federales de ese año. En los hechos, siguió siendo el encargado
de los maletines llenos de billetes con que se financió a los candidatos para
que hicieran proselitismo y aparecieran en los medios. Su lealtad fue premiada
más tarde con la Subsecretaría de Desarrollo Social, donde permaneció hasta
hace poco.
Su
lugar en la Sedesol estatal lo ocupa ahora José Ruiz Carmona, conocido en la
grilla jarocha con el sobrenombre de “Pepín”. Este individuo es uno más de los
integrantes de la generación de la “fidelidad”, pues fueron formados por el ex
gobernador Fidel Herrera.
En
el trienio pasado, “Pepín” Ruiz fungió como director del Sistema de Agua y
Saneamiento Metropolitano de la zona conurbada Veracruz-Boca del Río-Medellín,
de donde salió hace poco entre señalamientos de presunta corrupción y de haber
provocado la quiebra del organismo.
En
la Subsecretaría de Finanzas fue nombrado Sergio de la Llave Migoni. Es quien
menos cuestionamientos al respecto ha recibido, ya que su paso por la Dirección
de Espacios Educativos fue más bien gris. De todos modos, tiene señalamientos
de haber incumplido con la entrega de un centenar de obras en planteles
escolares.
La
cereza del pastel es el relevo de Sergio de la Llave en Espacios Educativos. Se
trata de Xóchitl Tress, la viuda del diputado federal panista Gregorio
Barradas, ejecutado por un comando armado en 2010, y quien se hizo famosa
cuando unos meses más tarde de la muerte de su esposo, fue “balconeada” con la
difusión de fotografías semidesnuda y sosteniendo un tórrido romance con un
diputado federal del PRI, marido de la alcaldesa de Ciudad Isla, Amanda
Gasperín Bulbarela. A ésta última, la misma Xóchitl Tress la acusó públicamente
de ser autora intelectual del asesinato de Gregorio Barradas.
El
único mérito político de Xóchitl Tress para obtener su actual nombramiento, además
de contender como candidata del PAN a una diputación federal en 2012 montada en
el ataúd de su malogrado esposo, es ser la nueva princesa cortesana de palacio
de gobierno.
Sí.
La probidad y honradez no son –y por lo visto no serán– requisitos para ser
funcionario de la generación “próspera” en el gobierno de Veracruz. Pero como
dice un viejo adagio popular: hay que ser cochino, pero no trompudo.
Email: aureliocontreras@gmail.com
Twitter: @yeyocontreras
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