LA "FIDELIÑA" DE HÉCTOR YUNES



Pecó de obvio el senador Héctor Yunes Landa con el acto de este fin de semana en Martínez de la Torre. A ojos vistos, su “informe” de actividades como legislador significó el arranque de su precampaña “no oficial” para ser candidato a la gubernatura en 2016.
Es cierto que no es el único que anda en eso, pero sí es el más visible. Político de viejo cuño y retorcido colmillo, Yunes Landa simplemente aprovechó que la ley le permite realizar actividades como las concentraciones públicas para “dar a conocer” a la ciudadanía sus “resultados” en la Cámara alta, aunque en los hechos fue una demostración de qué tan aceitada trae su estructura política y de su capacidad de convocatoria.
Además, para él fue una oportunidad de enviar varios mensajes. El primero, que va con todo en su aspiración por ser candidato a Gobernador, pues sabe que ésta es su última oportunidad. Y el segundo, que podría hacerlo postulándose por un partido diferente al PRI.
Fue muy notorio que en la propaganda colocada a lo largo de todo el estado y en la ciudad donde se llevó a cabo el informe, el senador Yunes Landa no colocó el logo de su partido, el Revolucionario Institucional. Jugó con los colores en la tipografía, pero se ocupó de que la imagen del PRI no fuera preponderante.
A ello hay que sumar que no hubo presencia de la dirigencia estatal priista en el acto, a diferencia de otros partidos como el magisterial Nueva Alianza y el estatal Alternativa Veracruzana, cuyos dirigentes sí acudieron al llamado de Héctor Yunes.
Precisamente, este último, Alternativa Veracruzana, sería la base sobre la que Yunes Landa construiría una candidatura “opositora” en caso de ser marginado en el PRI, y a la que podrían sumarse otros partidos-sanguijuela, como el PRD, que en la actualidad está completamente desfondado en Veracruz, sin cuadros competitivos. Un candidato como Héctor Yunes le representaría al menos conservar el registro, y por ende, las prerrogativas, que es de lo que viven sus parasitarios dirigentes.
El legislador oriundo de Soledad de Doblado sabe que no cuenta con el favor ni la aprobación del gobernador Javier Duarte de Ochoa en cuanto a sus aspiraciones políticas. No se caen bien. Duarte no le perdona que en 2010 le disputara la candidatura priista a pesar de que la “línea” era muy clara.
Yunes Landa está perfectamente consciente de ello y por eso ha decidido irse por la libre, aplicando la misma estrategia de la que en su momento hizo uso Fidel Herrera Beltrán, quien en 2004 tampoco contaba con la aprobación del entonces gobernador Miguel Alemán Velasco para ser candidato, pero que obtuvo la nominación priista gracias a que era imbatible en las encuestas respecto de los demás aspirantes de su partido, dejando sin alternativa al mandatario veracruzano y a la dirigencia nacional del PRI, en esos días en manos de Roberto Madrazo Pintado.
Héctor Yunes está en esa misma idea. Construye su candidatura a base de “riñones” para, a la hora de las definiciones, llegar con un capital político con el cual negociar. Y por lo que pueda pasar, tiene listo su “plan B”, con el que quemaría todas sus naves y cartuchos.
Sin embargo, aún tendrá que convencer a muchos a quienes dejó “colgados” en 2010, cuando a la hora de la verdad, prefirió “transar” con Javier Duarte y dejarle el camino libre para que contendiera por la gubernatura. A esos políticos, líderes sociales y ciudadanos de a pie que creyeron en su proyecto y a quienes dejó al garete, todavía les debe muchas explicaciones.

Twitter: @yeyocontreras

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