AFFAIRE SUICIDA EN SAN LÁZARO
Un
muy desafortunado “affaire” con tintes de suicidio político fue develado hace
dos días por una publicación de la ciudad de México, mismo que involucra al
gobernador de Veracruz Javier Duarte de Ochoa y a la bancada de diputados
federales veracruzanos del PRI.
Aunque
con un tono por demás agresivo en su encabezado y en su redacción, Impacto
Diario dio a conocer un bochornoso episodio de desencuentros entre el
mandatario y los legisladores federales, del cual ya se tenía noticia a través
de rumores, pero que ahora, tras cruzar la información, quedó confirmado y
expuesto ante la opinión pública.
La
historia detrás de lo publicado es ésta. Tras la captura del narcotraficante
Joaquín “El Chapo” Guzmán en febrero pasado, se reactivó en los medios y plumas
veracruzanas afines al gobierno estatal una campaña para involucrar al
neopanista Miguel Ángel Yunes Linares en la fuga del capo en el año de 2001,
con el argumento –endeble, como para incriminarlo– de que uno de sus
colaboradores más cercanos, Enrique Pérez, se desempeñaba en ese momento como
director de Prevención y Readaptación Social federal, o sea, era el encargado
de las prisiones de todo el país.
Como
el señalamiento no pasó de ser un chisme de aldea con nula repercusión foránea,
ante la falta de un asidero mayor como para fincarle responsabilidad al ex candidato
del PAN a la gubernatura, en el círculo duartista decidieron ir más allá.
Primero,
en una comida con columnistas y directores de medios –a la que quien esto
escribe fue invitado y asistió, pensando que se trataba de un acercamiento de
buena voluntad–, el nuevo coordinador general de Comunicación Social del
gobierno estatal, Alberto Silva Ramos, soltó la especie de que un senador priista
de apellido Yunes presentaría un punto de acuerdo ante el pleno de la Cámara
alta para crear una fiscalía que investigara la presunta responsabilidad del
otro Yunes, el azul, en la fuga del “Chapo” Guzmán del penal de Puente Grande.
Algunos
de los editores presentes en la reunión se “fueron con la finta” y publicaron
esa versión dándola por hecho. Pero no hubo tal. Ningún senador priista de
apellido Yunes (ni José y mucho menos Héctor) presentó querella alguna contra
Miguel Ángel. Alguien debería explicarles en palacio de gobierno que las
personas de ascendencia y sangre árabe no se atacan entre ellas.
Al
fallar esta “estrategia”, los “brillantes asesores” (es ironía, por supuesto)
acudieron a un plan B: que se ordenara a los diputados federales veracruzanos
del PRI presentar el punto de acuerdo en cuestión ante el pleno de San Lázaro.
Ellos no podrían negarse.
Pero
no contaban con un “pequeño” problema. Cuando los legisladores priistas
veracruzanos informaron de su pretensión a su coordinador de bancada, Manlio
Fabio Beltrones Rivera, éste los atajó, cuestionándoles si el tema ya había
sido consultado antes con la Presidencia de la República. Ante la obvia
respuesta negativa, el político sonorense rechazó que se presentara el punto de
acuerdo.
¿Cuál
fue la razón de Manlio para no echar la caballería contra el ex director
calderonista del ISSSTE? Que en Los Pinos existe especial interés porque
Gustavo Madero se reelija como dirigente nacional del PAN, y Miguel Ángel Yunes
Linares apoya abiertamente su candidatura, por lo cual, Presidencia no le
abriría un frente.
Dicen
fuentes muy bien enteradas que esto provocó la furia del Gobernador
veracruzano, quien habría exigido a algunos legisladores veracruzanos que
presentaran licencia a sus diputaciones, pues se las debían a él, y lo habían
desobedecido. Desde entonces, en ese aciago mes de febrero, Javier Duarte no le
toma las llamadas ni lee los mensajes de BlackBerry de ningún diputado federal
veracruzano del PRI.
El
problema ahora es que la de por sí dañada relación entre el Gobierno de
Veracruz y la Presidencia de la República pende de un hilo. Y para colmo de
males, no habría interlocución alguna con la Cámara de Diputados.
Un
verdadero suicidio político.
Precisiones de Álvaro
de Gasperín
El
maestro Álvaro de Gasperín Sampieri escribió a este reportero para hacer unas
precisiones respecto de la anterior entrega de esta columna, titulada “La
manoseada transparencia”.
El
catedrático expone en su escrito que “en efecto cuando fui
electo (Presidente del IVAI) era militante del PAN; te comento que desde
diciembre de 2010 ya no lo soy porque renuncié y hasta hoy no pertenezco a
ningún partido político”.
“Pese a las condiciones políticas de mi llegada al cargo
-que tú refieres-, creo que mi perfil profesional y activismo en la creación de
la Ley de Transparencia y en el Instituto fueron también importantes y me queda
la satisfacción de haber levantado (en toda la extensión de la palabra) un
instituto altamente profesional, creíble y ‹despartidizado y desempanizado›, a
contrapelo de quienes en su momento criticaban ese ‹peligro› por mi militancia
en el PAN (uno de ellos, por cierto, el entonces diputado local, Uriel Flores
Aguayo, quien días después de mi elección, me pidió trabajo en el IVAI para un
sobrino suyo) o quienes desde dentro, como lo fue Rafaela López Salas, quería
hacer del IVAI una agencia de colocaciones para su gente y que el IVAI naciera
muerto, funeral que ella encabezó cuando le tocó su turno como Presidenta.
“En fin, fueron dos años, en donde si ‹discreción y no
mala› significa que yo haya presidido a nivel nacional a la COMAIP (Conferencia
Mexicana de los Organismos de Transparencia y de Acceso a la
Información) y que Veracruz fuera la sede de la X Conferencia Nacional, o
que ganara $50 mil mensuales (menos impuestos) a diferencia de los más de $100
mil (más bonos y gratificaciones) que ganan los actuales consejeros a partir
del binomio López Salas-Díaz Pedroza, o que incorporáramos el INFOMEX-VERACRUZ
a menos de seis meses de haber iniciado, o que recorriera el estado de Veracruz
promocionando al IVAI en un Tsuru y sin chofer (no como ahora que traen camionetas
de súper lujo y chofer), más otros logros de divulgación, presencia en foros
nacionales, cursos para periodistas, publicaciones, etc, etc., pues qué a
todo dar y me doy por bien servido.
“Lo que me da más satisfacción, mi estimado Aurelio,
es que después de la Dra. Martí y yo, en el Instituto la gente diga, que ‹el
IVAI ya no es lo mismo› y que muchos incluso pregunten ¿todavía existe?”
Servido.
Email: aureliocontreras@gmail.com
Twitter: @yeyocontreras
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