VERACRUZ EN SIETE MINUTOS
Fotografía: Yahir Ceballos/AVC Noticias |
Siete minutos le bastaron al gobernador Javier Duarte de
Ochoa para dar por “solucionados” los casos de violencia que han cimbrado a
Veracruz en los últimos días.
En un mensaje a los medios de comunicación –a cuyos
representantes no se permitió hacer preguntas–, el mandatario se dedicó a la
monótona expresión del “speech” que le recomendaron repetir hasta el hartazgo:
que se aplicará “todo el peso de la ley” a los responsables de los asesinatos
de Columba Campillo y de Genaro David Bermejo –de María Teresa Palmeros ni se
acordó, probablemente Poza Rica le queda muy lejos–; que Veracruz “funciona”
pese a la violencia desbordada en todo su territorio, y que “garantizar
a diario la seguridad de todos los veracruzanos es la máxima responsabilidad,
el Gobierno del Estado ha tenido siempre clara su responsabilidad y el
compromiso hacia el ciudadano”.
En su reaparición ante reporteros tras varias semanas
ausente, Javier Duarte incluso se dio tiempo para afirmar que Veracruz es de
las entidades con menor tasa de homicidios y secuestros del país, lo que haría
suponer que en los otros estados de la República viven una barbarie asesina
incontrolable, apocalíptica.
Pero concediendo que así fuera: ¿eso le sirve de consuelo
a las madres cuyos hijos han sido víctimas de la violencia que el gobierno no
puede o no quiere impedir? ¿Eso las hará sentirse más tranquilas?
Porque no se trata sólo de los casos antes mencionados.
En un espléndido reportaje, el periodista veracruzano Ignacio Carvajal
documentó el asesinato de 33 mujeres en lo que va del año en el estado de
Veracruz. Feminicidios que para varias asociaciones civiles serían suficientes
para decretar una alerta de género en la entidad, que cada vez está más cerca
de padecer la misma situación de violencia contra la mujer que se vive en el
Estado de México y que se hizo trágicamente legendaria en Ciudad Juárez,
Chihuahua.
El que la Fiscalía General del Estado detenga a los
implicados en la comisión de delitos no es motivo de orgullo ni razón de
envanecimiento. Es apenas cumplir con parte de su deber, para lo cual se les
paga a los servidores públicos con dinero de todos los veracruzanos.
Y además, habrá que ver si de verdad hicieron bien su
trabajo. La detención de Ileana Mortera, señalada por la Fiscalía como “autora
intelectual” del plagio y asesinato de Columba Campillo, está plagada de
irregularidades que constituirían violaciones al debido proceso y que podrían
terminar poniendo en libertad a esta persona, aún si realmente fuera culpable
del homicidio de la adolescente.
Se supone que una de las principales razones de ser del
Estado es la de garantizar el orden y la seguridad en los territorios que
gobierna. Evitar la anarquía y brindarle a los ciudadanos la oportunidad de
desarrollar su vida en paz, en armonía con sus semejantes.
Sin embargo, al Gobierno de Veracruz parece bastarle con
hacer el papel de plañidera en los funerales –a los que considera oportuno
presentarse, por supuesto. Ni hablar si el muerto es un periodista–, de verdugo
de sus enemigos y de sepulturero de las decenas de cuerpos que los criminales
arrojan por todos lados.
Dijo este mismo lunes Javier Duarte que “no hay, no
habrá, para el Gobierno de Veracruz más alto compromiso o prioridad que la
armonía y la paz social, con emoción ética, social y de justicia”.
Coloque el lector el adjetivo que considere más
apropiado.
Email: aureliocontreras@gmail.com
Twitter: @yeyocontreras
No tiene la culpa el INEPTO sino quien lo ELIGE...
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