LA APUESTA DEL "FIDELATO"
Fotografía: Archivo |
En su ofensiva para reposicionarse políticamente en
Veracruz, el clan de los Herrera Borunda prácticamente se devoró al Partido
Verde Ecologista, convirtiéndolo en un mero patiño al servicio de sus intereses
particulares.
No hay día que la dirigencia estatal del PVEM no boletine
alguna “sesuda” declaración de Javier Herrera Borunda, el hijo predilecto del
ex gobernador Fidel Herrera Beltrán. Pareciera ser el único candidato de este
partido participando en la actual campaña. Sólo que con la salvedad de que él
no necesita hacer proselitismo, pues está en el segundo lugar de la lista de
abanderados plurinominales de la Tercera Circunscripción del Verde, con lo que
tiene asegurada una curul en San Lázaro a partir de septiembre.
Pero tal exposición mediática, que incluye visitas a
medios de comunicación para entrevistas a modo, obedece a un interés superior,
que va más allá de una simple diputación federal. Fidel Herrera está preparando
a su “cachorro” para que ingrese con fuerza en la política veracruzana, pues es
él en quien tiene puesta la “esperanza” de continuidad para su proyecto.
Para decirlo en términos concretos, en algún momento
Javier Herrera Borunda buscará ser gobernador de Veracruz. Quién sabe si el año
que entra, para la gubernatura de dos años (o de cinco, si llegan a recular sus
perpetradores), pero el guion de la trama que están fraguando los Herrera es
muy claro. Es un camino que han recorrido antes. Y si no fuera ahora, Javier
Herrera es aún lo suficientemente joven para explorar otras posibilidades
políticas antes de lanzarse por “la grande”.
Por ello desde ahora le meten toda la carne al asador a
una candidatura que no tendría por qué ser tan intensa de no haber un objetivo
más grande. Y en ese mismo sentido se han dado a la tarea de buscar reivindicar
la imagen del jefe del clan, Fidel Herrera, quien está en Oaxaca como delegado
del CEN del PRI sólo el tiempo absolutamente necesario. Su interés es Veracruz.
Y su estrategia está delineada. De nueva cuenta se deja
ver en los cafés políticos, se deja apapachar por la gente que aún lo ve con
agradecimiento o admiración (sí la hay, el populismo funciona), y se vuelve a
subir a los taxis para aparentar esa falsa humildad con la que le encanta
teatralizarse a sí mismo.
Por su parte, Javier Herrera se dedica a hablar
maravillas del sexenio de su padre, a quien califica como el mejor gobernador
de la historia, (lo cual no debe haber caído nada bien en el ánimo del actual
habitante de Casa Veracruz) y lo defiende de las críticas aduciendo que se
trata de meras “envidias”.
Pero los Herrera y sus aliados no pueden desligarse del
desastre por el que atraviesa la entidad en estos momentos. Fue en el sexenio
de Fidel cuando se comenzó a endeudar sin escrúpulos a Veracruz e inició el
desorden financiero. Durante su administración se asentaron en el estado las
hordas del crimen organizado que siembran el terror entre la población a la que
ahora secuestran y asesinan.
Fue Fidel Herrera, nadie más, quien decidió imponer a
Javier Duarte de Ochoa como sucesor, contra viento y marea y a pesar de su
inexperiencia política, para asegurarse impunidad y mantener el control
político en el estado de Veracruz, que como ha quedado demostrado, sigue
ejerciendo.
La idea del extender su hegemonía política por al menos
dos gobiernos más está firme en la mente de Herrera Beltrán, quien prepara a su
hijo para ser el heredero de lo que, más que un Maximato, podría calificarse
como un “Fidelato”, por aquello del gusto del ex mandatario por el culto a su
personalidad.
Son un clan canalla.
Email: aureliocontreras@gmail.com
Twitter: @yeyocontreras
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