LOS MALETEROS MILLONARIOS
Fotografía: Archivo |
En enero de 2012, poco antes del inicio del proceso
electoral presidencial, un empleado de la Secretaría de Finanzas y Planeación
del Gobierno de Veracruz fue detenido por elementos de la Policía Federal en
posesión de una maleta en la que transportaba 25 millones de pesos en efectivo.
Dicho empleado había llegado a Toluca a bordo de un avión
oficial del gobierno veracruzano, procedente de Xalapa, la capital del estado.
Al no acreditar la procedencia lícita de los recursos, fue detenido y puesto a
disposición de las autoridades.
Como no había manera de deslindarse del caso, pues estaba
plenamente identificada la aeronave que transportó al empleado desde Xalapa a
Toluca, el gobierno estatal tuvo que aceptar que los recursos procedían de la
Secretaría de Finanzas y Planeación, que en ese entonces encabezaba Tomás Ruiz
González, actual titular de la Secretaría de Infraestructura y Obras Públicas
estatal, y que es mencionado en las denuncias que presentó la Auditoría
Superior de la Federación ante la Procuraduría General de la República por
presunto desvío de recursos públicos.
La justificación que dio el gobierno fue irrisoria,
desquiciante. Los 25 millones de pesos en efectivo eran supuestamente para
“pagar” a la empresa encargada de los espectáculos de las fiestas de La Candelaria
y del Carnaval de Veracruz, cuando por practicidad y legalidad, ése tipo de
operaciones se realizan por default vía
transferencia bancaria.
Para cubrir las apariencias, se creó un “chivo
expiatorio”: el tesorero estatal Vicente Benítez González, quien presentó su
“renuncia” al cargo para que la Federación y la opinión pública vieran que
había “rodado una cabeza” por un inocultable caso de corrupción, que al menos
constituía el delito de evasión fiscal y al que se le habría podido imputar el
de lavado de dinero. Al final, según el gobierno duartista, la PGR hasta les
devolvió el dinero y Vicente Benítez fue “premiado” por su lealtad,
reincorporándolo al gabinete estatal ampliado, donde permanece, actualmente
como oficial mayor de la Secretaría de Educación de Veracruz.
Este fin de semana, en Toluca se vivió una especie de
“Deja Vú”. Un hombre procedente de Xalapa, quien se identificó como directivo de
la industria azucarera, arribó al aeropuerto de Toluca y la Policía Federal le
detectó una maleta en la que transportaba cinco millones de pesos. Como se negó
a proporcionar datos que acreditaran la procedencia lícita del dinero, fue
detenido y puesto a disposición de las autoridades.
Sólo que este sujeto no es un empleado de medio pelo como
el “maletero” de hace tres años. Se trata de Mariano García González, hermano,
apoderado legal y representante de Francisco García González, presidente
del Consejo de Administración del Grupo Gargonz S.A. de C.V.
Se trata de uno de los empresarios “consentidos” del sexenio,
amigo personal del gobernador Javier Duarte –hasta lo señalan como su compadre–,
y quien funge como su asesor plenipotenciario en materia azucarera en la
entidad.
A los hermanos García González se les relaciona con la
quiebra de al menos tres ingenios azucareros, entre éstos el Nuevo San
Francisco, en el municipio de Lerdo de Tejada.
¿Qué fiesta patronal habrá ido a pagar Mariano García
González?
Email: aureliocontreras@gmail.com
Twitter: @yeyocontreras
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