PROVOCADORES INFILTRADOS, ¿REPRESIÓN EN PUERTA?
Fotografía: AVC Noticias |
En
las manifestaciones en demanda de justicia por los desaparecidos de Ayotzinapa
de los últimos días en Xalapa, se ha suscitado escenarios de vandalismo e
incitación a la violencia que en nada ayudan a este movimiento civil.
Hace
una semana, un grupo de jóvenes decidió tomar “pacíficamente” la tienda
Chedraui ubicada en el centro de la capital veracruzana, lo que provocó que
todos los demás negocios de esa área cerraran sus puertas, ante el temor de que
pudieran ser saqueados.
La
noche del jueves 5 de noviembre, mientras los estudiantes y maestros
universitarios, así como organismos civiles, realizaban una multitudinaria y,
ésta sí, pacífica marcha en las calles centrales de la capital del estado, otro
grupo de personas no identificadas prendió fuego a la puerta principal del
palacio de gobierno, donde despacha el Poder Ejecutivo del Estado. Las llamas
fueron controladas de inmediato por la policía, que no hizo más contra los
manifestantes.
Desde
antes se han señalado este tipo de conductas, que no corresponden con las de
los estudiantes y activistas que, dando la cara, han salido a demandar justicia
y detener la violencia del Estado mexicano contra la sociedad civil. Invariablemente,
grupos de jóvenes –que no necesariamente estudiantes-, con el rostro embozado,
han hecho desmanes que terminan siendo atribuidos a quienes en el ejercicio de
su derecho de manifestación, protestan contra la ineficacia e indolencia del
gobierno, en todos sus niveles.
Baste
recordar la marcha conmemorativa de la masacre de Tlatelolco del pasado 2 de
octubre, cuando otro grupo de supuestos estudiantes “anarquistas” atacó las
instalaciones del Diario de Xalapa, grafiteando sus paredes y rompiendo los
cristales de puertas y ventanas.
Es
obvio que los movimientos civiles no ganan absolutamente nada con este tipo de
acciones. Al contrario, se exponen al repudio social. Tanto así que tras el
conato de incendio en el palacio de gobierno, los estudiantes de la Escuela
Normal Veracruzana se deslindaron de estos actos y alertaron sobre la posible
infiltración de provocadores profesionales al servicio de intereses ajenos.
Algunos
están plenamente identificados. La noche del mismo 2 de octubre, varios de estos
mercenarios con facha de estudiantes departían alegremente con el gobernador
Javier Duarte en sus oficinas de palacio de gobierno, festinando lo “bien” que
les salió el “teatro” de la tarde previa.
Son
los mismos porros que buscaron reventar la elección de Rector de la Universidad
Veracruzana el año pasado, tomando las instalaciones durante el último informe
de labores de Raúl Arias Lovillo. La misma estrategia: la violencia. La misma
forma: con las caras cubiertas por máscaras o pañoletas.
No
hay que perder de vista que estamos a unos cuantos días de que inicien los
Juegos Centroamericanos y del Caribe Veracruz 2014, evento que tendrá puestos
en México y Veracruz los ojos de toda América Central, al menos.
Varias
manifestaciones de protesta han sido anunciadas con antelación para realizarse
durante las justas deportivas, lo que tiene verdaderamente preocupado al
gobierno estatal, que pretende desactivarlas a como dé lugar.
Y
aunque sus voceros oficiosos han salido a decir que la administración de Javier
Duarte es respetuosa de la libertad de expresión y de manifestación, baste
remitirse a la madrugada del 14 de septiembre de 2013, cuando maestros,
estudiantes, niños, ancianos y periodistas fueron desalojados por la policía
estatal de la plaza Sebastián Lerdo de Tejada con lujo de violencia, para
dimensionar la credibilidad que merecen estas expresiones.
Porque
pareciera que más bien buscan un pretexto, por pequeño que sea, para aplastar
las manifestaciones de cara a los Centroamericanos.
No
por nada son admiradores de Francisco Franco.
Email:
aureliocontreras@gmail.com
Twitter:
@yeyocontreras
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