VERGONZOSA IMPUNIDAD
Nuevamente,
un compañero periodista fue asesinado en un país donde la violencia, la muerte y
la impunidad parecen ser el destino que se busca para la libertad de expresión.
Esta
vez sucedió en el estado de Guerrero, uno de los más violentos y peligrosos de
todo México, donde “desgobierna” un priista disfrazado de perredista, Ángel
Aguirre Rivero. El periodista Jorge Torres Palacios fue encontrado muerto en la
zona rural de Acapulco, dentro de una bolsa de plástico, con señales de haber
sido torturado por sus victimarios.
Torres
Palacios llevaba cuatro días de haber sido secuestrado por hombres armados. Se
desempeñaba actualmente como coordinador de Comunicación Social de la Dirección
General de Salud del Ayuntamiento de Acapulco, aunque por años ejerció la
profesión periodística, misma que dejó luego de que, en medio de la violencia
asesina que asuela a ese estado y a México en general, su padre y su hermano
también fueran ejecutados.
¿Es
esa la transformación que presume en sus eslogans vacíos el presidente Enrique
Peña Nieto? ¿Dejar al garete a los trabajadores de la información mientras se
llenan la boca diciendo que la inseguridad va a la baja y que se respeta la
libertad de información? Tanto cinismo ya no se sabe si lo que encierra es
estupidez, ineptitud o una alevosa maldad.
Lo
hemos señalado antes. Maquillando cifras y ocultando los hechos de violencia en
los medios no cambia la realidad. Y pese a lo que se diga, el sexenio de Peña Nieto
no ha sido muy diferente del de Felipe Calderón en ese sentido. En el gobierno
del panista, fueron asesinados 46 periodistas y ocho quedaron en calidad de
desaparecidos. Con Peña, a medio año de su administración ya iban cuatro
comunicadores muertos, y en 2014 ya hay otros dos, el propio Torres Palacios y
el veracruzano Gregorio Jiménez de la Cruz, cuyo caso está “cerrado” para la
Procuraduría de Justicia de este estado.
En
su más reciente informe mundial sobre la situación de la libertad de prensa, la
organización Reporteros sin Fronteras puntualizó que “México es uno de los países más peligrosos del mundo para los
periodistas; las amenazas y los asesinatos a manos del crimen organizado
–incluso de las autoridades corruptas– son cosa de todos los días. Este clima
de miedo, junto con la impunidad que prevalece, genera autocensura, perjudicial
para la libertad de información”.
Y
añade: “la elección de Enrique Peña Nieto a la presidencia de México en 2012
–que marcó el retorno al poder del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y
puso fin a la ofensiva federal emprendida bajo la presidencia de Felipe
Calderón (2006-2012)– no cambió en nada la situación de la libertad de
información en el país”.
“La impunidad sigue siendo la regla en la inmensa mayoría de los casos de asesinato y de desapariciones. Las investigaciones con frecuencia se cierran de prisa o se frenan debido a la lentitud burocrática. La impunidad también se explica por la colusión entre el crimen organizado y las autoridades políticas y administrativas –a menudo corruptas y en las que incluso se han infiltrado los cárteles– a todos los niveles”.
Por
su parte, el director de la organización Artículo 19 en México, Darío Ramírez, ha
manifestado que a pesar de la creación del Mecanismo federal de Protección a
Periodistas y de la ley para el mismo fin, “hay más violencia. No hemos logrado
bajar el número de ataques contra periodistas”.
Ya
sean priistas, panistas, perredistas o una promiscua mezcolanza de todos, a los
políticos de este país no les importa defender a la libertad de expresión, sino
al contrario. Entre más sumiso y temeroso sea un reportero, ya sea porque lo
sobornan con embutes, lo intimidan con amenazas o lo agreden físicamente, para
ellos, mejor.
¿De
verdad hay quien realmente crea que hay algo que celebrar este 7 de junio?
Email: aureliocontreras@gmail.com
Twitter: @yeyocontreras
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