NEGLIGENCIA ASESINA
La
tragedia se empeña en acaparar titulares. Y lo peor es que si las autoridades
cumplieran con la responsabilidad mínima de hacer bien su trabajo, quizás se
habría evitado que una familia veracruzana más estuviera de luto.
Sucedió
la mañana de este martes 3 de julio. Tras las intensas lluvias que han caído
sobre Xalapa, la capital del estado de Veracruz, un árbol sembrado dentro de
las instalaciones de la escuela secundaria técnica número 3 resintió el
reblandecimiento del suelo y cayó encima de dos estudiantes que tomaban su
lunch en ese momento. Uno logró salvar la vida. Pero Alondra Córdoba Vargas, de
apenas 14 años de edad, desgraciadamente falleció casi de inmediato.
Por
supuesto que nadie podía prever que ése o cualquier otro árbol fuera a caer en
ese preciso instante. A menos que, sabiendo que ha llovido incesantemente en
las últimas semanas en la ciudad, las autoridades hubieran tenido la delicadeza
de revisar el estado en que se encuentran todos los planteles educativos a
donde van a recibir educación nuestros hijos, y de donde una familia ahora
recibió muerta a su pequeña.
Hay
muchas responsabilidades que fincar. En primer término, a los directivos de la
escuela secundaria, quienes tienen el deber de verificar
constantemente que sus instalaciones y lo que hay dentro de éstas, incluyendo
los grandes árboles ahí plantados, estén en buenas condiciones y no representen
un peligro para los adolescentes que ahí acuden a tomar clases. No lo hicieron.
Deben responder.
También
deben dar cuentas de sus omisiones en la Dirección de Protección Civil
municipal, que en lo que va del año ha sido totalmente rebasada por las
contingencias provocadas por las lluvias y que en este caso, también demostró su
incapacidad ya no digamos para prevenir, sino ni siquiera para reaccionar. Es
una llamada de atención gravísima para el alcalde Américo Zúñiga Martínez, que
tiene que tomar decisiones serias, contundentes y rápidas si no quiere que
Xalapa se le vaya de las manos.
Por
supuesto que tiene muchas explicaciones que dar el secretario de Educación de
Veracruz, Adolfo Mota Hernández, quien está más preocupado por construirse una
candidatura a diputado federal que por atender su encargo, mismo que desde hace
tiempo sólo mantiene para fondear sus aspiraciones políticas personales. Porque
la educación de los veracruzanos le importa un comino.
Juzgue
por sí mismo el lector. No sólo están abandonadas las escuelas en las zonas
urbanas. Los planteles rurales son una vergüenza nacional, como quedó de
manifiesto en el reportaje sobre telesecundarias veracruzanas presentado en
televisión por la periodista Denise Maerker, que develó que en algunas de éstas
se imparten clases en condiciones paupérrimas, debajo de un árbol y donde, por
absurdo que parezca, jamás han contado con una televisión para la tarea
educativa.
Definitivamente
no basta con que se lamente la muerte de una joven cuya vida fue truncada
debido a la incompetencia y la indolencia oficial. Porque a diferencia de las
excusas dadas por las autoridades veracruzanas para lavarse las manos, no sólo
las lluvias son las causantes de esta tragedia. Y aunque se aplique de nueva cuenta
la proverbial impunidad que permea en los asuntos públicos en Veracruz, los
responsables cargarán con la muerte de Alondra en sus conciencias para siempre.
Email:
aureliocontreras@gmail.com
Twitter:
@yeyocontreras
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