¿QUIÉN LE TEME AL PRI?
Fotografía: Twitter de Alejandro Moreno Cárdenas |
En medio de acusaciones por incurrir en las mismas prácticas de siempre, el Partido Revolucionario Institucional “eligió” este fin de semana a su nueva dirigencia nacional.
El tono sarcástico es porque a pesar de estar
literalmente en peligro de extinción, el dinosaurio priista se muestra incapaz
para renovarse a sí mismo, por lo que incurre una y otra vez en las conductas
que lo llevaron a ganarse el repudio generalizado de los mexicanos en todos los
últimos comicios celebrados en México, y a pesar de lo cual se resiste a
cambiar.
La democracia se le indigesta al PRI a tal
nivel, que no era necesario siquiera que sus militantes acudieran a votar este
domingo: ya se sabía que el ganador de la contienda interna sería el gobernador
con licencia de Campeche, Alejandro Moreno Cárdenas, cuyo principal reto ahora
será mantener unido a un partido que se desbarata financiera y políticamente.
La “lealtad” priista en la que el tricolor basó
buena parte de su operación y fortaleza en tierra durante décadas siempre
estuvo sostenida por la expectativa de un cargo, una prebenda, una canonjía y
hasta un pequeño estímulo. Al perder el poder y, por ende, el acceso a la caja
de los recursos públicos para financiar dicha operación, la desbandada era
previsible.
Y no es que el PRI se haya vuelto
completamente irrelevante a nivel país. Todavía gobierna en doce estados de la
República, lo que supondría una fuerza política considerable. Sin embargo, su
mala imagen, ganada a pulso por encubrir las atrocidades de gobernadores como
Javier Duarte o las corruptelas del peñismo, lo volvió un apestado entre los
ciudadanos, que lo han castigado votando en contra de todo lo que esté asociado
a su marca, incluso cuando ha llegado a presentar buenos candidatos.
A nivel local, cada vez es más claro que los
antiguos operadores del PRI se están colocando en los gobiernos, congresos y
demás espacios de poder ahora controlados por Morena, cuya inexperiencia
política y gubernamental es aprovechada por esos priistas para venderse ante el
lopezobradorismo como los únicos que le pueden ayudar a salir de los
atascaderos en los que usualmente se atora por ignorancia, soberbia o por pura
y simple incompetencia.
Por otra parte, entre las multas, la drástica
reducción de sus prerrogativas y la pérdida de los presupuestos estatales, el
Revolucionario Institucional está en quiebra financiera, al grado que ha tenido
que rematar bienes, pedir préstamos y retrasar el pago de la nómina de sus
trabajadores en varias entidades y a nivel central.
A 90 años de su fundación, el PRI es un ente en
agonía de credibilidad y capacidad de convocatoria, y que encima estaría por
entrar en una crisis de identidad si, como se sospecha desde hace tiempo, su
flamante nuevo presidente nacional, Alejandro Moreno Cárdenas, lo termina
convirtiendo en un satélite de Morena y del lopezobradorismo. Así como en su
momento lo fueron partidos como el PARM, el PPS y el PVEM del propio viejo PRI.
Vaya que eso sí sería una “cuarta
transformación”.
Dejan
solo a Mancha
Tal parece que la hegemonía del grupo que ha
controlado al PAN veracruzano los últimos años está por terminar. Los grupos
panistas se están agrupando en torno de Joaquín Guzmán Avilés y abandonan a
José de Jesús Mancha Alarcón, cuyos días como dirigente estatal de ese
instituto político habrían llegado a su fin.
Email: aureliocontreras@gmail.com
Twitter: @yeyocontreras
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