IRRESPONSABILIDAD ASESINA
Fotografía: Sergio Hernández Vega |
La estéril y estúpida confrontación entre el
Ejecutivo del estado de Veracruz y la Fiscalía General local ha llegado a un
punto en el que habría ya que pensar en fincarles responsabilidades jurídicas a
los implicados.
La masacre de la noche del pasado martes en
un centro nocturno de la ciudad de Coatzacoalcos tendría que ser la gota que
demarrase el vaso de una historia de desatinos, perversidad e incompetencia
que, si bien nos llegó a mover a risa en algún primer momento, tras la
ejecución a mansalva de casi 30 personas lo único que provoca es una sensación
de desasosiego y horror. Principalmente, porque las autoridades de todos los
niveles, federal, estatal y municipales, son totalmente incapaces para cumplir
con el más elemental de sus deberes: garantizar la seguridad e integridad física
y patrimonial de la población.
Para estas alturas, a casi nueve meses de
haber asumido las riendas del gobierno en la entidad, que el gobernador
Cuitláhuac García Jiménez siga justificando su nulidad como autoridad para
enfrentar a la delincuencia con la cantaleta de que “es asunto del fiscal
Winckler”, lo único que demuestra es que no tiene la más remota idea de cómo
cumplir y hacer cumplir la ley, a lo cual se comprometió el pasado 1 de
diciembre de 2018 en su toma de posesión.
Por el contrario, el mandatario se exhibe claramente
rebasado por una realidad que por lo visto ni se imaginaba que existía en
Veracruz y que le ha explotado en las manos. Porque lo sucedido hace dos noches
en Coatzacoalcos no es, ni por asomo, un hecho aislado, sino que forma parte de
una serie de actos de violencia que azotan a todo el territorio estatal, sin
que haya cuerpo de seguridad alguno –incluida la militarizada y hasta ahora
inútil Guardia Nacional- que pueda ya no evitarlos, sino siquiera contenerlos.
Más allá de cuál Fiscalía –si la federal o la
estatal- tuvo en sus manos a Ricardo Romero Villegas, alias “La Loca”, presunto
autor intelectual de la matanza del bar “Caballo Blanco” –cuya responsabilidad
en el atroz crimen ni siquiera está debidamente acreditada-, lo que se debería
cuestionar el gobernador, sobre quien recae la máxima responsabilidad de lo que
sucede en Veracruz, es qué coño hacen sus policías para evitar estos hechos;
para qué demonios está el secretario de Seguridad Pública, Hugo Gutiérrez
Maldonado –además de servir de posición política de su poderosa pariente-; en
dónde están las labores de inteligencia que deberían llevar a cabo, entre
otros, el secretario de Gobierno Eric Patrocinio Cisneros, que en lugar de ello
prefiere autopromoverse -con cargo al erario- con libros dizque de su autoría que
ni terminados están.
Sin duda el fiscal Jorge Winckler tampoco es
un funcionario con irreprochable solvencia moral. Desde el gobierno anterior
demostró lo opuesto. Pero de eso a querer achacarle todos los males de la
entidad, en especial los que tienen que ver con la prevención del delito,
además de absurdo, es infantil, más propio de un niño berrinchudo que de un
gobernador de cuyas acciones y decisiones depende el destino de las más de ocho
millones de personas que habitan este estado.
Todavía peor, que en aras de evadir sus
obligaciones, las autoridades veracruzanas hayan “empinado” al propio
Presidente de la República, que tras comprarles la versión de que “todo es
culpa del fiscal”, tuvo que recular y admitir que, en el caso concreto de la
masacre de Coatzacoalcos, la lumbre le llega al fiscal general de la República,
Alejandro Gertz Manero, pues fue en la subdelegación estatal de este organismo
de donde dejaron ir en dos ocasiones –la última, apenas el pasado 7 de agosto-
a “La Loca”.
Y el nivel al que ya escaló la violencia –van
28 muertos por el último ataque en Coatzacoalcos, y el número crecerá muy
probablemente por la gravedad de las heridas sufridas por las víctimas-,
producto en buena medida de la descoordinación de las autoridades en el estado
de Veracruz, no es un chiste, ni material para hacer “memes”.
Email: aureliocontreras@gmail.com
Twitter: @yeyocontreras
Comentarios
Publicar un comentario