EL PRIMERO EN LA CUENTA DE CUITLÁHUAC
Fotografía: Félix Márquez/AP |
Con el asesinato de Celestino Ruiz Vázquez en
el municipio de Actopan, Veracruz, la noche del pasado 2 de agosto, sumaron
tres los reporteros ultimados en México la semana pasada, 16 en lo que va del
sexenio de Andrés Manuel López Obrador y el primero durante la gestión del
gobernador Cuitláhuac García Jiménez.
¿Sabe cuál fue la principal preocupación de
las autoridades veracruzanas al respecto? Buscar evadir cualquier clase de
responsabilidad sobre este crimen y dejársela a sus enemigos políticos. Diáfana
prueba de lo que les preocupa y les importa la violencia contra comunicadores y
los ataques a la libertad de expresión.
Celestino Ruiz Vázquez fue acribillado en su
domicilio de la localidad La Bocanita, en el municipio de Actopan. Era
corresponsal del periódico El Gráfico de Xalapa y ya había recibido amenazas y
agresiones violentas, atribuidas a represalias por su postura crítica hacia el
presidente municipal de esa demarcación, José Paulino Domínguez.
Por esa razón, desde octubre del año pasado
el periodista presentó denuncias ante la Fiscalía General del Estado (FGE), que
inició la carpeta de investigación CI/114/2018/PC y ordenó medidas de
protección para Ruiz Vázquez y su familia en abril de 2019, a través de un
oficio girado al secretario de Seguridad Pública, Hugo Gutiérrez Maldonado.
Sin embargo, las autoridades no cumplieron su
deber. Por una parte, en febrero de 2019 Celestino Vázquez se quejó ante la
Comisión de Derechos Humanos del Estado de Veracruz por falta de avances en la
investigación, por lo que ese organismo, en conjunto con la Comisión Estatal de
Atención y Protección a Periodistas, formularon un acuerdo para que el
reportero ampliara sus declaraciones ante la Fiscalía General del Estado, lo
que nunca se llevó a cabo.
Asimismo, al anunciar en un boletín el inicio
de la indagatoria por el homicidio de Celestino Vázquez, la FGE señaló que
también investigará “por qué no se daba cumplimiento a las medidas de protección
dictadas a favor de la víctima y su familia, las cuales se encontraban
vigentes”, y que incluían la asignación de elementos policiacos para realizar
rondines de protección y vigilancia.
Esto fue rechazado por la Secretaría de
Seguridad Pública, que también a través de un comunicado sostuvo que “las
medidas de protección en favor del periodista Jorge Celestino Ruiz Vázquez
fueron implementadas en tiempo y forma, de acuerdo con los requerimientos de la
Fiscalía Especializada en Delitos Electorales y en Delitos contra la Libertad
de Expresión”.
Concediendo que sí se hayan ordenado y
aplicado dichas medidas de protección y vigilancia, éstas resultaron
insuficientes, inoperantes y estériles. Nada impidió que la noche del pasado
viernes, Celestino Ruiz Vázquez fuera balaceado a mansalva, con todo y los
antecedentes de violencia de ese mismo tipo hacia su domicilio particular.
La reacción del gobernador Cuitláhuac García
ante este crimen lo define: “el periodista había denunciado corrupción en el
municipio de Actopan, con una crítica muy fuerte hacía el alcalde, yo creo que
ya eso corresponde al fiscal. (…) Estamos en un operativo coordinado con
Sedena, Guardia Nacional y Policía Estatal y como lo hicimos en Minatitlán, a
pesar de lo que haga la Fiscalía, vamos a atrapar a los culpables”, dijo el
sábado en Orizaba, al tiempo de asegurar que el crimen no “daña” a su
administración.
Para el gobernador, lo importante era, es,
continuar con su enfrentamiento con la Fiscalía General del Estado, no el
inicio de la cuenta de periodistas asesinados durante su periodo como titular
del Ejecutivo estatal. Idea que reforzó este domingo al responder, con desdén,
que “no podemos ponerle un policía a cada periodista”.
Casi tan patético como Javier Duarte
“solidarizándose” con los familiares de Nadia Vera y Rubén Espinosa. De asco.
Email: aureliocontreras@gmail.com
Twitter: @yeyocontreras
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