“AUDITORA CARNALA” Y LA FISCALIZACIÓN A MEDIDA
Imagen: portal de la Sefiplan |
Finalmente y tras un largo espacio para
rumores y especulaciones, fue dada a conocer la terna de aspirantes de la que
saldrá quien encabece al Órgano de Fiscalización Superior del Estado de
Veracruz los próximos siete años.
Y como ya se venía venir, fue incluida en la
tríada la hasta hace muy poco tiempo procuradora fiscal de la Secretaría de
Finanzas y Planeación, Delia González Cobos, a quien prácticamente se da por
hecho que será designada este jueves por el Pleno de la LXV Legislatura como
auditora general del Orfis.
Sin embargo, esto supondría un absoluto
despropósito que, de concretarse, constituiría un nuevo atropello a la
legalidad en Veracruz ya que, por principio de cuentas, Delia González Cobos no
cumple con los requisitos de ley para dirigir a la entidad fiscalizadora
estatal.
Para empezar, no cubre lo establecido en la
fracción III del artículo 87 de la Ley de Fiscalización Superior y Rendición de
Cuentas del Estado, que establece que al momento de su designación debe “contar
con una experiencia de, al menos, cinco años en materia de control, auditoría
financiera y de responsabilidades”. En 2016, hace tres años, González Cobos
fungió como asesora en la Cámara de Diputados, por lo que incumple con el
requisito. Amén de que en el resto de su currículum no hay nada que indique que
cuente con conocimientos particularmente en la materia de auditoría financiera.
Tampoco contaría con la residencia de al
menos cinco años en Veracruz que se exige en el artículo 58 de la Constitución
del Estado a quienes no son originarios de la entidad, por la misma razón de su
ya referido encargo en la Cámara de Diputados en 2016, en donde fungía como
asesora, entre otros, de los entonces diputados federales Cuitláhuac García
Jiménez y Rocío Nahle García, mientras que su coordinador era Eric Patrocinio
Cisneros Burgos.
Hoy, son ellos quienes la impulsan para
llegar al Orfis, en particular Nahle y Cisneros, junto con la otra razón que
vuelve inelegible a González Cobos para el cargo: su militancia partidista.
El artículo 67 de la Constitución veracruzana
señala que durante su encargo, el titular del Orfis “no podrá formar parte
de ningún partido político”. Pero durante los procesos electorales
de 2015, 2016 y 2018 Delia González Cobos fue representante de Morena ante el
Instituto Nacional Electoral y el Organismo Público Local Electoral de Veracruz,
lo que lleva a inferir de inmediato que es militante de ese partido político,
al que además le debe prácticamente todos los cargos que ha ocupado desde que
salió de la administración federal.
Empero, al realizar una búsqueda en el portal
oficial de Morena, resulta que su padrón de militantes se encuentra “en
reserva” al estar en “proceso de revisión, actualización y sistematización”.
Así que lo más probable es que cuando vuelva a ser habilitado no aparezca el
nombre de Delia González Cobos. Pero ¿un partido le confiaría su representación
en órganos electorales a una persona que no sea su militante? ¿Cómo podría
garantizarle un mínimo de lealtad si ni siquiera se afiliase formalmente a su proyecto
político?
Queda claro que el régimen de la llamada
“cuarta transformación” en Veracruz lo que desea es una incondicional –para
además cumplir con la obligación de la paridad de género- al frente del
organismo que se encargará de revisarle sus cuentas públicas. Y que también represente
los intereses de uno de los grupos que dentro de Morena se disputa el control
del estado. En este caso, el que encabeza la secretaria de Energía Rocío Nahle.
Una fiscalización a medida que nada vea, que
nada denuncie sobre los actos de gobierno en Veracruz. Total, si en la
Contraloría van a preparar mermeladas, ¿por qué no harían tamales en el Orfis?
Fotografía: archivo |
Email: aureliocontreras@gmail.com
Twitter: @yeyocontreras
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