TIEMPOS DE VIOLENCIA Y POLÍTICA
Fotografía: Ángel Hernández/ AVC Noticias |
La oleada de violencia que no ha dejado de
azotar a todo el estado de Veracruz los últimos meses sumó este inicio de
semana nuevos capítulos de horror.
El domingo por la noche, once bolsas negras
fueron abandonadas cerca de la central de autobuses de Xalapa. Éstas contenían
los restos cercenados de cinco personas, que luego fueron identificados como
trabajadores de talleres mecánicos.
La respuesta del gobierno estatal fue un
escueto comunicado de la Fiscalía General del Estado, dando fría cuenta de lo sucedido.
El gobernador Miguel Ángel Yunes Linares, a diferencia de cuando se trata de
temas que sí le interesan o le permiten lucimiento personal, por la mañana del
lunes evitó referirse a estos hechos. Misma actitud que tomó el “responsable”
del área, el secretario de Seguridad Pública Jaime Téllez Marié.
Yunes Linares prefirió hablar de los desfiles
conmemorativos del aniversario de la Revolución Mexicana. “Está muy tranquilo
en todo el estado. La verdad es que se sintió un gran entusiasmo, como aquí. Es
parte de la vida libre, democrática y tranquila que se lleva en Veracruz y
particularmente en la capital del estado”, afirmó el mandatario, en un tono que
sonó prácticamente como una burla.
Pero sus palabras se volvieron en su contra casi
de inmediato, cuando por la tarde del mismo lunes la “vida libre, democrática y
tranquila que se lleva en Veracruz” dio paso otra vez a la violencia, esta vez
con tintes políticos: en el sur de la entidad, un comando armado se presentó en
el domicilio particular del presidente municipal electo de Hidalgotitlán, Santana
Cruz Bahena, para ejecutarlo a mansalva.
Este asesinato sí mereció que el gobernador Miguel
Ángel Yunes Linares se pronunciara al respecto, prometiendo a través de su
cuenta de Twitter que “se hará justicia” y expresando su “afecto” a los “familiares,
amigos y compañeros de Nueva Alianza” del político asesinado.
No hay que perder de vista que ese partido fue
el que postuló Cruz Bahena a la alcaldía de Hidalgotitlán, y con el cual el
panismo veracruzano quiere aliarse en los próximos comicios locales. Si no de
hecho, sí de facto, gracias al pacto del yunismo con el principal financiero
del partido turquesa en Veracruz, el duartista diputado local por San Andrés
Tuxtla, Vicente Benítez González.
Mientras tanto, la justicia y la seguridad
prometidas no llegan al estado de Veracruz, que está convertido en un polvorín
a pesar de los múltiples anuncios que durante todo el año se han hecho sobre el
reforzamiento y la multiplicación de operativos de seguridad a lo largo de la
entidad, coordinados entre las fuerzas estatales con las militares.
Pareciera que entre más operativos se realizan,
los índices de violencia se dispararan –en el sentido más literal del término- en
la misma proporción, y que los criminales los vieran incluso como una
oportunidad para desafiar al Estado, que ha sido incapaz de contenerlos.
La apertura de la temporada electoral que ya
está en marcha en la entidad, y que por sí misma tensa el ambiente, representa un
factor adicional que incide en el aumento de la violencia, más aún en un estado
como Veracruz, donde las pasiones se desbordan fácilmente cuando es época de
disputa entre los diferentes grupos políticos por las distintas parcelas de
poder existentes, que en 2018 estarán en juego por última vez por lo menos por los
siguientes tres años.
Son tiempos de violencia y política. Y los
ciudadanos estamos en medio, como siempre, intentando sobrevivir a la ambición
e irresponsabilidad de la clase gobernante.
Email: aureliocontreras@gmail.com
Twitter: @yeyocontreras
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