EL PAN Y LA BORRACHERA DE PODER
Fotografía: GLPAN |
La LXIV Legislatura del Congreso del Estado de
Veracruz inició su segundo año de ejercicio constitucional en medio de una
crisis de legitimidad provocada por el “agandalle” del Grupo Legislativo del
PAN y su patiño el PRD, que a través de las peores prácticas políticas se
apoderaron de todos los órganos de dirección y de las principales comisiones.
A través de su mayoría artificial y tramposa,
retuvieron la presidencia de la mesa directiva, como ya habían hecho con la de
la Junta de Coordinación Política, mientras que ofrecen y quitan comisiones a
diputados de otros partidos a manera de premio o castigo, buscando con ello
continuar cooptando legisladores de la “oposición”, cuya presencia y fuerza, de
esta manera, se ha achicado y diluido en la LXIV Legislatura.
El mayoriteo del que antes se quejaba
amargamente Acción Nacional, cuando estaba en la trinchera opositora local
durante el fide-duartismo, se ha convertido en su principal arma de
avasallamiento político, a través del cual sus diputados rompieron con el
equilibrio de fuerzas y la pluralidad en el Poder Legislativo, lo cual era un
claro mandato de las urnas en las elecciones de 2016, mismo que el panismo
decidió ignorar.
Incluso hasta pretenden desconocer lo que ellos
mismos aprobaron en la reforma electoral que dio paso a la reelección de los
diputados, que a partir del proceso electoral que acaba de arrancar, el de los
comicios locales de 2018, ya será posible.
El “presidente” de la Junta de Coordinación
Política, Sergio Hernández Hernández, afirmó que a pesar de que el Código
Electoral para el Estado de Veracruz establece que los legisladores locales que
busquen la reelección deberán primero solicitar licencia para ser candidatos,
con base en supuestas jurisprudencias de otras entidades ahora quieren quitarse
ese requisito y hacer campaña desde sus curules, con los recursos y proyección
política y mediática que eso implica.
La inequidad con que se iría a la competencia
electoral salta a la vista. Los demás candidatos a diputados no gozarían de las
ventajas y privilegios que sí tendrían los actuales legisladores locales si se
les permite buscar el voto popular sin separarse de su actual encargo. Ya ni
hablar de que, por lógica, no cumplirían con su función como representantes
populares por estar ocupados en tareas proselitistas, cobrando su dieta sin
devengarla.
Sergio Hernández justificó su pretensión
aduciendo que en Estados Unidos y en Europa los legisladores que se reeligen no
se separan de sus cargos. Como si pudieran compararse esos sistemas electorales
con el que funciona en México, cuyo diseño está basado en la desconfianza y en
la premisa de que los actores políticos buscarán hacer trampa. Algo que la
experiencia nos demuestra, cada que hay un proceso electoral, que es verdad.
Aunque la decisión sobre cómo se permita a un
diputado buscar reelegirse finalmente recaerá sobre las autoridades
electorales, la sola pretensión de los panistas da visos de cuál seguirá siendo
su actitud en el último año de su bienio: torcer la ley para favorecer sus
intereses y mantener a toda costa el poder, sin importar lo que haya que hacer
para conseguir ese objetivo.
La borrachera de poder tiene obnubilados,
crecidos y soberbios a los diputados panistas del Congreso del Estado de
Veracruz. Cuidado, que la resaca puede ser devastadora.
Email: aureliocontreras@gmail.com
Twitter: @yeyocontreras
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