¿RECONCILIARSE CON QUIÉN?
Fotografía: Antonio Palacios |
Dos
días después de las elecciones del 5 de junio, el gobernador Javier Duarte de
Ochoa se atrevió a darle la cara a los veracruzanos que le expresaron su
absoluto repudio en las urnas.
Acompañado
por su gabinete, todos con cara de funeral, Duarte de Ochoa dio un mensaje de
menos de cinco minutos, sin permitir preguntas. Primero “felicitó” a los
reporteros por el “día de la libertad de expresión”, y después se dirigió a los
veracruzanos para hablar de las elecciones.
Derrotado,
desprovisto de la soberbia que lo caracteriza, pero con una buena dosis del
cinismo acostumbrado, Javier Duarte “saludó” la alternancia política en la
entidad y llamó a la “reconciliación” y a la “unidad”.
¿Reconciliarse
con quién, gobernador? ¿Con los miles de desaparecidos y asesinados que ha
dejado una administración en la que la seguridad pública fue vista como un
negocio que enriqueció brutalmente a los titulares de las áreas encargadas de
esa tarea, mientras el luto cubría a las familias veracruzanas?
¿Reconciliarse
con quién, gobernador? ¿Con los padres y los hijos de los 18 reporteros
asesinados en este sexenio? ¿Con la treintena que tuvieron que huir y
exiliarse? ¿Con los medios y periodistas que sufrieron hostigamiento y
difamaciones de parte de sus personeros y amanuenses?
¿Reconciliarse
con quién, gobernador? ¿Con los millones de veracruzanos a los que prometió
sacar de la pobreza y que fueron vilmente engañados y utilizados como carne de
cañón electoral, pues así son “oro molido” para los políticos sin escrúpulos,
como los que lo acompañaron en su administración?
¿Reconciliarse
con quién, gobernador? ¿Con los pequeños empresarios que con esfuerzo lograron
un contrato como proveedores del gobierno, y que fueron llevados a la quiebra
porque nunca se les pagaron los servicios contratados, pero sí prestados?
¿Reconciliarse
con quién, gobernador? ¿Con los maestros y estudiantes que fueron reprimidos a
toletazo limpio por ejercer su derecho de manifestación? ¿Con los activistas
intimidados, perseguidos, asesinados?
¿Reconciliarse
con quién, gobernador? ¿Con los pensionados a quienes se llevó al ignominioso
extremo de tener que salir en muletas, sillas de ruedas, enfermos, a reclamar
por el dinero que se ganaron con una vida de trabajo, y que su gobierno utilizó
quién sabe para qué?
¿Reconciliarse
con quién, gobernador? ¿Con quienes fueron víctimas del abuso de poder y se les
negó el acceso a la justicia? ¿Con quienes fueron difamados y criminalizados
cuando ya no podían defenderse?
¿Reconciliarse
con quién, gobernador? ¿Con un estado sumido en la ruina económica, política y
moral, endeudado para los próximos 30 años e hipotecado su futuro mientras sus
colaboradores amasaban fortunas insólitas, insultantes, criminales?
Los
veracruzanos ya expresaron el domingo 5 de junio en las urnas su juicio sobre este
sexenio y este gobierno. El veredicto es implacable: que se vayan los
depredadores del estado. Que paguen por lo que le hicieron a Veracruz.
Javier
Duarte tendrá que reconciliarse, probablemente, con su conciencia. Y con la
justicia, tarde que temprano, seguramente.
Email:
aureliocontreras@gmail.com
Twitter:
@yeyocontreras
Podría empezar, desde alguna oscura mazmorra, por reconciliarse consigo mismo y con sus demonios. Por su bien, propongo que se le den unos 30 años ya que será una labor ardua.
ResponderEliminar