ES UN MANDATO, NO UN CHEQUE EN BLANCO
Fotografía: Víctor Hugo Moreno |
Miguel
Ángel Yunes Linares recibió su constancia de mayoría como ganador de los
comicios del 5 de junio. Es desde este domingo, gobernador electo del estado de
Veracruz.
En
el mensaje que dirigió a sus simpatizantes en la plaza central de Xalapa, Yunes
Linares manifestó que “los veracruzanos decidimos con nuestro voto expulsar de
este palacio de gobierno a un régimen autoritario, represor, corrupto y
corruptor que pretendía mantenerse en el poder para que todo siguiera igual”.
Y
partiendo de esa premisa, son varias las cosas que no pueden seguir igual en
Veracruz y que el próximo gobernador debe atender con seriedad, pero sobre todo
tomando en cuenta las necesidades y la realidad de un estado que es muy
diferente al de la época en la que fue secretario de Gobierno. El Veracruz de
2016 no es el de 1992.
Uno
de los clamores ciudadanos que se expresaron a través del voto es el de poner
alto a la brutal corrupción en el gobierno, que en el sexenio de Javier Duarte
de Ocho alcanzó niveles insospechados.
Pero
eso también significa que los veracruzanos no quieren ver una nueva generación
de funcionarios enriquecidos al amparo del poder. Sería inadmisible que los
Abdalá, los Silva, los Grappa, los Spinoso, los Benítez, los Macías,
encontraran su réplica en la administración que iniciará funciones a partir del
próximo 1 de diciembre.
Otra
de las banderas de la campaña de Miguel Ángel Yunes fue la de hacer pagar a
quienes saquearon el estado. Y en ese sentido, lo que la población demanda es
que se haga justicia y se aplique la ley. Que quienes desviaron recursos y
quebrantaron el patrimonio de Veracruz vayan a la cárcel si así lo merecen, y
que no se quede todo en un mero discurso que termine ahogado por componendas y
arreglos políticos.
Durante
el mismo mensaje, Yunes Linares se comprometió a “respetar el derecho de los
ciudadanos y especialmente de los periodistas a difundir sus ideas, comentar,
criticar, manifestarse solo atenidos a la ley y a su conciencia”.
En
ese sentido, el gobernador electo tendrá la obligación de transparentar sus
tratos con los medios de comunicación, acabar con las complicidades disfrazadas
de periodismo y cesar la manutención de pasquines impresos y virtuales que
nadie lee, pero que enriquecieron a sus dueños publicando loas al régimen del
que ahora mismo, ante su naufragio, reniegan.
Al
mismo tiempo, tendrá que aprender a respetar y a convivir con la crítica
periodística honesta, de la que por ningún motivo puede esperar
incondicionalidad. Precisar lo que esté equivocado, aceptar con humildad lo
cierto, sin intimidar o agredir al mensajero. No queremos otro baño de sangre
de periodistas como el de este sexenio.
Un
reto enorme es el de devolver la seguridad y la tranquilidad a un estado
convulso, herido y sangrante a causa de la violencia. Pero sin que eso implique
un pretexto para torcer la ley y aplastar a los adversarios, como sí hizo el
gobierno que vive sus últimos estertores.
El
próximo mandatario deberá gobernar para todos los veracruzanos, de los cuales
casi dos millones votaron por otras opciones políticas. La pluralidad de ideas
y posiciones tendrá que ser atendida y protegida, pues de ello depende la
democracia en su conjunto y fue ésa la decisión de los electores.
Miguel
Ángel Yunes Linares recibió un mandato, no un cheque en blanco el 5 de junio.
Estará en sus manos cumplirlo y cumplirle a la ciudadanía. De lo contrario, los
veracruzanos se lo demandaremos. Ya encontramos el camino.
Email:
aureliocontreras@gmail.com
Twitter:
@yeyocontreras
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