EL DESFALCO


Menuda sorpresa nos llevamos desde la semana pasada cuando empleados de nivel medio de la Secretaría de Finanzas y Planeación (Sefiplan), que aún encabeza Tomás Ruiz González, fueron detenidos por elementos de la Agencia Veracruzana de Investigaciones, acusados de cometer un desfalco al erario del estado.
Y decimos que fue una sorpresa porque en otros casos, donde ha habido certeza de que se ha causado daño patrimonial a la Hacienda estatal, no se ha ido más allá. Aquí, al tratarse de funcionarios de medio pelo y al parecer sin padrino político, pues se les aplicó la ley sin miramientos.
El asunto no es menor. El desfalco, adjudicado por ahora a la jefa del Departamento de Autorización de Créditos de la dependencia, Deyanira Hernández García, se calcula en un millón 800 mil pesos, según las estimaciones dadas a conocer por el propio Tomás Ruiz.
El modus operandi de este fraude a las arcas del estado consistía en que por una módica “mordida”, los adeudos por concepto de la tenencia vehicular de los contribuyentes que accedían a entrarle al cochupo, eran borrados del sistema. Seguro no llevaban tanto tiempo haciéndolo, pues llegaron solamente a casi dos millones de pesos.
Obviamente que no sólo los empleados de Sefiplan tienen responsabilidad en este acto de corrupción. También los contribuyentes, a quienes se les hizo fácil entrar al juego de la “mordida”, que por desgracia ha distinguido a México a lo largo de los años.
Qué bueno que se actuó contra quien pretendió enriquecerse por la vía fácil de la tranza. Pero ojalá que no se trate sólo de un chivo expiatorio (como suele suceder). Si hay más implicados, sean de la familia que sean, que se les aplique la ley por igual y paguen por sus conductas ilícitas. Eso sí sería señal de que  las cosas están cambiando.

Los chayotes de Walmart

No. No nos referimos a los que ponen de oferta en esta tienda de autoservicio, sino a los sobornos que la transnacional pagó para modificar usos de suelo y montar sus tiendas en áreas en las que lo tenía prohibido.
El periódico New York Times documentó toda la red de corrupción y pagos ilegales que Walmart realizó para instalarse en Teotihuacan, cerca de las pirámides. Sería bueno que también echaran un ojo en la plaza Patio de Xalapa o en Orizaba, donde pretenden apoderarse del edificio de Mier y Pesado, un conjunto arquitectónico único y emblemático de la Pluviosilla. En ambos casos, apesta a dinero sucio.

Twitter: @yeyocontreras

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