INCREÍBLEMENTE BARATOS
Gráfica: @dicesmx |
En un pasado no muy lejano, cuando el otrora todopoderoso régimen priista en Veracruz tenía necesidad de sacar adelante alguna enmienda para la cual requiriese el voto de los partidos de oposición, los usos y costumbres demandaban aplicar aquella máxima obregonista de los “cañonazos” económicos a los que nadie se resiste.
Así, comprando voluntades, conciencias y
lealtades, gobiernos como los de Fidel Herrera Beltrán y Javier Duarte de Ochoa
lograron que el Congreso local les aprobara desde la infame bursatilización del
impuesto a la tenencia que endeudó por varias generaciones a los veracruzanos,
hasta la gubernatura de dos años con la que se pretendió inhibir la
participación de los adversarios del duartismo en los comicios de 2016, y que
significó un periodo perdido para el estado.
“Lo que cuesta dinero, sale barato”, era el
apotegma con el que esos gobiernos basaban su “filosofía” del cohecho: si para
lograr mis fines tengo que “invertir” una considerable suma de dinero –con
varios ceros incluidos- en comprar “opositores”, el gasto vale la pena. El
pragmatismo más vulgar tomado, literalmente, como moneda de cambio de una práctica
política completamente corrupta, desprovista de principios que no fueran los
del poder por el poder. Aunque valga decirlo, nada que no se pudiese esperar
del PRI.
Pero resulta que en pleno 2020, en la era de la
dizque “cuarta transformación”, el régimen que jura que llegó para “moralizar”
la vida pública del país y del estado recurre a las mismas añejas y podridas prácticas
con tal de alcanzar objetivos igual de abyectos que los de ese pasado no tan
lejano.
La reciente reforma a la Constitución
Política del Estado de Veracruz presentada por el morenato como “la panacea” para
reducir el gasto público en los partidos políticos, no es sino una trampa para disminuir
a su mínima expresión a la oposición al dejarla sin dinero para hacer campaña,
mientras Morena tendrá a su disposición todo el poder y los recursos del
Estado. Justo como el viejo PRI, en el que cada día se refleja más.
Además, se desaparecen los consejos
electorales municipales para la elección de ayuntamientos, trasladando sus
funciones a los consejos distritales del Organismo Público Local Electoral de
Veracruz, algunos de los cuales tendrán la responsabilidad de recibir la
votación de más de una decena de municipios, restando certeza a los conteos y cómputos
de los sufragios, lo cual es a todas luces una regresión. El sello de la casa
lopezobradorista.
Y ya de pasada, se excluyó de los mecanismos
de consulta para permanecer en el cargo –de los que tanto alardea el presidente
Andrés Manuel López Obrador- a los servidores públicos estatales, con lo que
claramente se busca proteger al actual gobernador que, ante su pésima gestión,
no resistiría someterse a un referéndum de su mandato.
Dicho bodrio legislativo a modo del régimen
gobernante, aprobado este martes en el Congreso del Estado de Veracruz y con el
que Morena desmantelará financieramente a los demás partidos y estructuralmente
a los órganos electorales en los comicios locales del año entrante, no habría
sido posible sin el voto favorable de los infaltables esquiroles mercenarios de
supuesta oposición, que en este caso fueron los diputados Rodrigo García
Escalante del PAN, Alexis Sánchez García de Movimiento Ciudadano, Antonio
García Reyes del PRI y Andrea Yunes del Partido Verde Ecologista.
Sobre los primeros tres ya penden amenazas de
expulsión de sus actuales partidos, lo que les allanará el camino para
entregarse al régimen de la “4t” sin necesidad de simular más.
En el caso de Andrea Yunes, pretenden
continuar con el circo, pues mientras su padre el diputado federal del PRI
Héctor Yunes Landa despotrica en redes en contra de esta reforma y hasta
anuncia la interposición de recursos de inconstitucionalidad, ella con la mano
en la cintura se abraza con el morenato.
Y lo peor es que deben haber salido
increíblemente baratos. Casi regalados.
Email: aureliocontreras@gmail.com
Twitter: @yeyocontreras
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