JUSTICIA SELECTIVA NO ES JUSTICIA
Fotografía: Sergio Hernández/ AVC Noticias |
Urgido
de un campanazo mediático ante la ausencia de resultados tangibles en los
primeros cien días de administración, el gobierno de Miguel Ángel Yunes Linares
aprovechó el fin de semana para urdir la aprehensión del ex gobernador interino
de Veracruz Flavino Ríos Alvarado.
El
ex funcionario fue detenido por elementos de Seguridad Pública del estado la
mañana del pasado sábado al salir de su domicilio en la ciudad de Xalapa y
llevado a la Fiscalía General del Estado, de donde fue trasladado e ingresado
al penal de Pacho Viejo el domingo.
A
Flavino Ríos se le imputan los delitos de tráfico de influencias, abuso de
autoridad y encubrimiento por favorecimiento, por el que quizás haya sido el
más grande error de su vida: haber facilitado a Javier Duarte de Ochoa y su
esposa Karime Macías Tubilla un helicóptero del gobierno estatal para huir de
Veracruz al enterarse de la orden de aprehensión en su contra girada por la
Procuraduría General de la República, en octubre del año pasado. La autoridad
habrá de determinar su responsabilidad.
Sin
embargo, es demasiado evidente la desproporción del castigo decretado para Ríos
Alvarado. El Juez de Control con residencia en el distrito judicial con sede en
el penal de Pacho Viejo lo sujetó a un año de prisión preventiva, por lo que
seguirá su proceso recluido en la cárcel, a pesar de que los delitos que se le
imputan no son considerados graves y debería habérsele concedido la posibilidad
de salir en libertad tras el pago de una fianza.
A
Flavino Ríos se le está cargando todo el peso de las culpas del duartismo sin
haber punto de comparación con los latrocinios cometidos por otros integrantes
de esa pandilla de saqueadores, muchos de los cuales andan tan campantes sin
que hasta la fecha exista algún proceso judicial abierto en su contra, gozando
de fuero y libertad. Y algunos, hasta recibiendo la bendición del nuevo régimen
para postularse como candidatos a alcaldes por la coalición gobernante PAN-PRD.
Es
increíble que a Flavino Ríos se le encierre en prisión un año, y a Ricardo
García Guzmán, el contralor del duartismo que nunca “encontró” ningún indicio
del descomunal desvío de recursos cometido por el anterior gobierno, se le
premie haciéndolo candidato pan-perredista a la presidencia municipal de
Pánuco, donde ha constituido un nada discreto cacicazgo en el que se heredan
los cargos entre familiares.
O
qué decir de los cómplices directos –y confesos- de Javier Duarte en el desvío
y lavado de dinero, como Moisés Mansur y Juan José Janeiro, a quienes se libró
de ir a la cárcel porque “cantaron” y delataron a su “amigo”, y revelaron el
esquema por medio del cual se hicieron de fastuosas propiedades, supuestamente
reintegradas al patrimonio del estado, aunque de ello no haya evidencia que lo
sustente más que los dichos del gobernador Yunes Linares.
Vicente
Benítez, Juan Manuel del Castillo, Alberto Silva, Edgar Spinoso, entre otros
“dilectos” duartistas señalados repetidamente por actos de corrupción, incluso
por el actual gobernador, continúan protegidos por el fuero constitucional en
su calidad de legisladores, sin que autoridad alguna, de ningún nivel, haya
iniciado un proceso penal en su contra. Al contrario, hasta asisten a eventos
junto al mandatario veracruzano.
A
Flavino Ríos podrá acusársele de muchas cosas. Hasta de encubridor de Duarte si
se quiere. Pero lo suyo es peccata minuta contra lo que otros ex integrantes
del gobierno duartista se “comieron” y por lo cual no están siendo llamados a
cuentas. Se trata de un caso de justicia selectiva. Y eso, no es justicia en
realidad.
Email:
aureliocontreras@gmail.com
Twitter:
@yeyocontreras
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