TIBURONES EN CAMPAÑA

No crea el lector de esta columna que el título de la presente entrega hace referencia a los candidatos que se disputan el favor ciudadano en las urnas. No. Nos referimos al nuevo actor con el que se pretende hacer campaña, principalmente en la zona conurbada Veracruz-Boca del Río: el equipo de fútbol Tiburones Rojos.

El club regresa a la Primera División profesional no por la vía deportiva, que nunca le alcanzó desde que descendieron. Fue vía un arreglo político con el dueño de la franquicia de los Reboceros de La Piedad y que antes eran los Albinegros de Orizaba: el ex diputado local y federal Fidel Kuri Grajales.

Sí, el mismo Fidel Kuri que renunció al PRI hace unos pocos meses porque fue hecho a un lado en las candidaturas del tricolor a la alcaldía y diputación por Orizaba. El mismo que se llevó a los Albinegros a La Piedad, Michoacán, farfullando que el Gobierno del Estado lo había dejado “colgado de la brocha” con la construcción del estadio en la Pluviosilla y que no lo había apoyado para mantener al club en la ciudad de las aguas alegres.

Pues bien, Kuri Grajales olvidó los “agravios” que le profirieron, a pesar de que cuando La Piedad ganó la final de la división de ascenso negó que fuera a llevarse de esa plaza al equipo, arguyendo, precisamente, que en Veracruz no había recibido apoyo alguno del gobierno.

Pero al parecer los buenos oficios del senador José Yunes Zorrilla (a quien le habrán de colgar esa medalla) convencieron a Kuri de la “conveniencia” de que el club, ahora que había logrado el ascenso, fuera trasladado al puerto jarocho para devolverle a la fanaticada fútbol de Primera División. Total, que los michoacanos se amuelen.

La intención política es evidente. A pesar de la animadversión que el actual grupo gobernante tiene hacia Kuri Grajales, en este momento les será de suma utilidad el golpe mediático que significará anunciar el retorno de los Tiburones Rojos del Veracruz al llamado “máximo circuito del balompié mexicano”, logro que obviamente se adjudicará el Partido Revolucionario Institucional, que con ello busca reoxigenar a sus candidatos en esa demarcación.

Quién sabe cuánto pueda este hecho influir en las tendencias electorales en la zona conurbada. Aunque como todavía está muy reciente la pasión futbolera que se vivió por la final entre América y Cruz Azul, se apuesta a que los hinchas de los Tiburones en el puerto se vuelquen en “agradecimiento” hacia sus priistas “benefactores”.

Porque no les quieren dar pan. Pero sí mucho circo.

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