VAN POR LAS UNIVERSIDADES
Fotografía: archivo |
Todas las diatribas que cotidianamente lanza
el presidente Andrés Manuel López Obrador durante sus conferencias matutinas, sus
redes sociales y sus giras por el interior de la República están cuidadosamente
planeadas. Difícilmente se deja algo al azar.
Así que la invectiva contra la Universidad
Nacional Autónoma de México (UNAM) de este jueves –que se suma a otras anteriores,
que cada vez son más frecuentes y cuya virulencia va creciendo con celeridad-
no fue de ninguna manera casual y se enmarca dentro de una estrategia del
régimen de la autoproclamada y demagoga “cuarta transformación” para controlar
un sector estratégico: el de la educación superior.
Durante la
“mañanera” de este jueves, López
Obrador dijo que la UNAM
–dónde él mismo se formó en la licenciatura en Ciencias Políticas, la
cual por cierto se tardó “nada más” 14 años en terminar- se volvió “individualista” al “defender”
proyectos “neoliberales”.
“Fue mucho tiempo
de atraso, de saqueo, además de manipulación, muchísimo tiempo, afectaron
a dos generaciones. En las universidades públicas hasta la UNAM se volvió
individualista, defensora de estos proyectos neoliberales. Perdió su esencia,
de formación cuadros, de profesionales para servirle al pueblo”, dijo López
Obrador, desvirtuando con ello a los miles y miles de estudiantes y profesionistas
que año con año ingresan y egresan de la principal institución pública de
educación superior del país.
El mandatario
aseguró con vehemencia que “ya no hay” economistas, sociólogos, abogados o
politólogos como antes, por lo que tampoco hay derecho constitucional, y “el
derecho agrario es historia”.
Más allá de la
falacia monumental detrás de tales afirmaciones –baste revisar que gran parte
de los principales cuadros de Morena han egresado y/o forman parte de la
comunidad UNAM-, lo que hace López Obrador es fungir como un replicante más de una
narrativa hiperideologizada, propia del discurso elaborado por sus asesores
provenientes de la ultraizquierda populista española incrustados en diferentes
posiciones en los poderes Ejecutivo y Legislativo, y que son los responsables
de varias de las estrategias propagandísticas que identifican la praxis
cotidiana del lopezobradorismo. Ésta es una de ellas.
El objetivo, como
ya se mencionó, es controlar no solamente a la UNAM, sino al sistema
universitario del país. Y para lo cual hay dos vías: la infiltración de sus
estructuras institucionales y sus procesos electivos o la desestabilización.
Para nadie es un
secreto a estas alturas del sexenio que las “mañaneras” no son ejercicios
informativos, ni periodísticos y mucho menos de rendición de cuentas. Son
herramientas de propaganda, ya sea de distracción o decididamente de propaganda
negra para estigmatizar, ridiculizar y debilitar a quienes el presidente considera,
más que adversarios, sus “enemigos”. Y en esa “lista negra” está incluido
cualquiera que se “atreva” a contradecir, rechazar o siquiera diferir del guion
oficial.
Las peroratas desde el “púlpito” presidencial
son también llamados al ataque. Y así se pudo apreciar en la reacción de las
redes lopezobradoristas en plataformas como Twitter en contra de la UNAM, con
consignas abiertamente dirigidas a la desestabilización de una institución que
si por algo se caracteriza es por albergar una enorme pluralidad en cuanto a
las visiones del mundo, de la ciencia, de la academia, de la economía, de la
política y de la vida misma. La universalidad que le da soporte al sustantivo
que la nombra.
Pero es eso precisamente lo que no quiere un
régimen como el actual, en el que no hay más idea aceptable que la que proviene
de los prejuicios y taras ideológicas del “líder incuestionable” e “infalible”,
y que por lo mismo no tolera la diversidad ni la libertad de pensamiento. Lo
suyo es la consigna, la uniformidad, el maniqueísmo. “Conmigo o contra mí”, ha
dicho públicamente en más de una ocasión López Obrador.
Por eso también la persecución contra el
sector académico con acusaciones y generalizaciones absurdas; por eso la
sistemática confrontación contra quien ejerce su derecho, legítimo y legal, a
pensar y actuar diferente. Porque el régimen apuesta por el adoctrinamiento
generalizado, por la creación de una sociedad de autómatas que repitan como
mantra “es un honor estar con Obrador” mientras sus derechos y libertades son
reducidos, limitados o de plano eliminados.
Los espacios por excelencia para el
desarrollo del pensamiento crítico, condición fundamental a su vez para la
ciudadanía libre, son las universidades. Controlarlas, someterlas e imponer una
versión única y oficial de la historia, de la ciencia y hasta de la vida es el
camino que han seguido varias tiranías. Y aquí está bien trazado por donde
están buscando ir.
Si no lo cree, vea lo que hicieron con la toma
y usurpación de la rectoría de la Universidad de las Américas Puebla (porque
esto también incluye a las universidades privadas). O a lo que redujeron a la
Universidad Veracruzana con la colocación del nuevo y “obediente” rector,
incapaz de decir ni media palabra que incomode a la “4t”.
No vaya siendo que lo acusen de “neoliberal”
e “individualista”.
Email: aureliocontreras@gmail.com
Twitter: @yeyocontreras
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