LA SEMILLA DE LA INTOLERANCIA
Fotografía: Notimex |
Las cifras que en la mayoría de los estudios
de opinión indican una caída sistemática en la aprobación ciudadana del
presidente Andrés Manuel López Obrador y el desplome en las preferencias hacia
su partido, Morena, han provocado el endurecimiento de las reacciones del
régimen, de por sí tendiente al autoritarismo.
Las críticas que personajes de la farándula
han hecho a las decisiones gubernamentales durante la contingencia sanitaria –sin
siquiera estar dirigidas directamente a él- han sacado de quicio a López
Obrador. Más incluso que las que le han llovido por parte de medios de
comunicación extranjeros, calificadoras de riesgo y organismos internacionales,
que tendrían mucho mayor fundamento, peso y sobre todo, consecuencias.
Pero como la empequeñecida figura
presidencial no puede mirar más allá de sus muy limitados horizontes
clientelares, el régimen arremete contra esos personajes que por su popularidad
cree que podrían estarle haciendo mella con sus opiniones y lanza a su jauría
de bots, trolls y textoservidores a atacar, denigrar y acusarlos de armar
“complots” para derrocarlo, con la misma “conspiranoia” que el lopezobradorismo
siempre ha usado como táctica para evadir sus propias corruptelas y falacias.
Sin embargo, no conformes con ello ahora
amagan con la creación de “listas negras” de los críticos de la mal llamada
“cuarta transformación”, como la que López Obrador informó le fue entregada por
el coordinador de Comunicación Social de la Presidencia, Jesús Ramírez Cuevas,
el responsable de todas las campañas de linchamiento en redes sociales
promovidas por el gobierno federal.
Algo similar a los amagos que días antes el
mismo presidente hizo a los empresarios que expresaron su desacuerdo y acres
críticas a su pobrísimo plan de “rescate” de la economía ante la pandemia.
López Obrador afirmó haber enviado a las cámaras empresariales una lista con
los deudores de impuestos a la Hacienda federal, lo cual, de ser cierto,
implicaría una violación flagrante a la ley y a la protección de datos.
La mira, empero, está puesta especialmente en
los medios de comunicación y los periodistas que, con razón o sin ella,
considera como sus “adversarios”, llegando al grado de amenazar con aplicar
sanciones por difundir “fake news”, como en el caso de dos periódicos del norte
del país que publicaron notas falsas sobre supuestos muertos por coronavirus apilados
en la calle. Lo cual -dicho sea de paso- es absolutamente deleznable.
Pero en lugar de exhibir la irresponsabilidad
de dichos diarios y dejar a las audiencias la decisión de dejar de consumirlos,
la reacción inicial e inmediata del gobierno fue la de imponer castigos, lo que
de inmediato provocó una condena de organismos como Artículo 19 por los riesgos
que para la libertad de expresión eso conllevaría. Al final, y seguramente por
esa razón, recularon.
Pero la semilla de la intolerancia está
sembrada. De eso a la represión hay una muy delgada línea.
¡Ponchados!
Con gran “orgullo”, este miércoles la
Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano del gobierno federal
anunció la conclusión de las obras de construcción del estadio de béisbol de
San Luis Río Colorado, Sonora, que ahora es “un espacio deportivo de primer
nivel, digno de las grandes ligas del rey de los deportes”. En este capricho
presidencial, levantado en un tiempo récord de seis meses, se gastaron la
friolera de casi 58 millones de pesos.
¿Quién necesita hospitales y equipamiento médico
para enfrentar la emergencia por el Covid-19 –que el propio gobierno estima ya
habría infectado a más de 55 mil mexicanos-, si tenemos estadio de “beis”
nue-ve-ci-to?
Imagen: Sedatu |
Email: aureliocontreras@gmail.com
Twitter: @yeyocontreras
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