EL PRINCIPIO DEL FIN DE LA “FIDELIDAD”
Fotografía: Archivo |
La muy manida frase del
ideólogo tuxpeño Jesús Reyes Heroles, “en política, la forma es fondo”,
encierra la parte medular de la praxis de los regímenes y grupos priistas, tan proclives
a los mensajes cifrados. Y en la actualidad veracruzana, nunca más atendible
como ahora.
La definición de la
candidatura del PRI a la gubernatura ha mantenido en tensión a todos los grupos
políticos de Veracruz durante los últimos meses, particularmente desde que el
duartismo-fidelismo decidió intentar arrebatar a como diera lugar la nominación
en favor de Alberto Silva Ramos, a quien impusieron como dirigente estatal
interino –porque no fue electo a través de una convocatoria, como lo establecen
sus estatutos– del Revolucionario Institucional para usar ese cargo como
trampolín.
En su desesperación, los
también llamados “prósperos” –por aquel eslogan de inicio de la actual
administración, que a la postre terminó convirtiéndose en una paradoja cruel– se
inventaron toda suerte de supuestas “señales” para hacer creer que había una
“bendición” federal para la postulación del candidato de Javier Duarte como
abanderado priista a la gubernatura, incluso “chayoteando” columnistas de
medios de la capital de la República para que hicieran el ridículo escribiendo
sandeces del tipo de que “el priismo, para la de dos años, se
terminará decantando por Silva”.
Hay una razón para el
montaje de ese circo: por lo que ha trascendido, la decisión sobre el candidato
del PRI a la gubernatura de dos años ya habría sido tomada y no favorecería a
los herederos de la corrupta corriente política de la “fidelidad”, sino a uno
de los dos senadores priistas veracruzanos.
Este viernes, como ya
es público, se celebrará una comida en el rancho San Julián, propiedad de la
familia Yunes Zorrilla, a la que asistirá el anfitrión José Yunes, su homólogo
senador Héctor Yunes Landa, el dirigente nacional del PRI Manlio Fabio
Beltrones Rivera, así como el gobernador Javier Duarte de Ochoa y los diputados
federales veracruzanos del tricolor, entre ellos, el propio Silva.
Los personeros del
duartismo-fidelismo han salido a vociferar que se tratará de una “comida de
amigos” para demostrar la “unidad” del priismo veracruzano, que en la realidad
está gravemente confrontado debido a la desmedida ambición del grupo
gobernante. Pero una reunión de este tipo no tendría sentido sin un objetivo
político de mayor alcance que un “chacoteo” entre “cuates”.
Y aquí cobra
relevancia la frase de que “la forma, es fondo”. La reunión no se celebrará en
una cancha neutral, sino en el territorio de uno de los aspirantes a la
nominación, José Yunes, quien está aliado políticamente con Héctor. Usando el
argot deportivo, jugar de “locales” los coloca en situación de ventaja respecto
de sus contrincantes.
Según lo que ha
trascendido, aunque no habrá “destapes” públicos, Beltrones Rivera –quien es
amigo cercano de uno de los aspirantes a gobernador no afines al duartismo-fidelismo– les leerá la cartilla a los advenedizos para que se
ubiquen en su realidad.
Ya sea José Yunes o
Héctor Yunes quien al final resulte ser el candidato del Revolucionario
Institucional, ése sólo hecho significaría el principio del fin de la llamada
“fidelidad” en el poder, que tanto daño
le ha hecho a Veracruz los últimos once años.
Si llegara a ser
Yunes Landa, ya delineó lo que haría de llegar a la gubernatura: “que haya
cárcel sin fianza para los corruptos”. José Yunes se ha manifestado más o menos
en el mismo sentido.
Y claro. Si llegara a
ganar la gubernatura el panista Miguel Ángel Yunes Linares, no alcanzarían las
mazmorras para recibir a todos los que han saqueado a Veracruz.
Email: aureliocontreras@gmail.com
Twitter: @yeyocontreras
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