100 DÍAS: MUCHOS PACTOS Y UN MANOTAZO
Ha
cumplido sus primeros 100 días la administración de Enrique Peña Nieto, y quizá
lo más destacable hasta ahora de su naciente gobierno sea la aprehensión de
Elba Esther Gordillo que, como se ha dicho aquí, obedece más a un manotazo para
sentarse bien en la silla presidencial que a un genuino interés por hacer
justicia. No por nada otros líderes sindicales igual o más corruptos siguen en
libertad, tan campantes.
En
este primer tramo del nuevo gobierno lo único que ha cambiado en la estrategia
de combate al crimen organizado ha sido la referente a los medios de
comunicación, principalmente los electrónicos, que han reducido a su mínima
expresión la cobertura de la violencia de los grupos delincuenciales, lo que da
por momentos la sensación de que ésta habría disminuido.
Pero
no es así. La barbarie continúa en amplias franjas del territorio nacional. Tan
sólo este fin de semana, la ciudad de Reynosa, en el estado de Tamaulipas,
vivió otra jornada de horror por los enfrentamientos en sus calles entre grupos
rivales, con varios muertos inocentes.
Aunado
a esto, la delincuencia común se dispara en varias ciudades ante el aparente repliegue
de las fuerzas castrenses, como es el caso de Veracruz y Xalapa, donde los
asaltos están a la orden del día.
Con
todo, el gobierno de Peña Nieto ha ocupado su primer centenar de días en el
ejercicio del poder preparando los arreglos institucionales que le permitan presidir
la nación en condiciones muy distintas a las que tuvieron las dos
administraciones panistas que le antecedieron.
Para
ello se firmó el Pacto por México, que ya sacó adelante una reforma educativa,
aunque está más centrada en la relación con el sindicato de maestros que en cambios
significativos a programas educativos. Y se prepara para una larga discusión en
materia energética y hacendaria, que pasa por permitir la inversión privada en
Pemex y gravar con IVA alimentos y medicinas.
La
que sí parece una reforma de largo aliento y hasta histórica, si se concreta en
los términos en que está planteada, es la
que se pretende en el rubro de las telecomunicaciones, donde se propone la
apertura de dos nuevas emisoras televisivas privadas y una más para el sector
público, lo que en teoría tendría que significar el fin del duopolio de la
comunicación electrónica que actualmente se arrogan Televisa y TV Azteca.
Dice
el presidente Enrique Peña Nieto que él no llegó al poder para administrar al
país, sino para transformarlo. Veremos si sustenta sus dichos en los hechos, o
si sus palabras son un ejercicio de retórica más. Pero de que México necesita
un cambio de fondo, ni duda cabe.
Email: aureliocontreras@gmail.com
Twitter: @yeyocontreras
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