LAS CONSPIRACIONES DEL “CHAPO”
Fotografìa: PGR |
Junto con la de los “memes”, la fuga del penal del
Altiplano de Joaquín Guzmán Loera, alias “El Chapo”, posiblemente el
narcotraficante más poderoso de la historia, provocó una marejada de teorías de
la conspiración alrededor de su propia leyenda.
Que si nunca estuvo preso. Que si hay dos “chapos”. Que
si lo dejaron salir por la puerta. Que si hay fotos suyas piloteando una
aeronave. Que si viene una devaluación o bien la privatización hasta de las
pirámides de Teotihuacan que se quiere ocultar con un capo “de pelada”. Toda
suerte de especulaciones sin mayor sustento que la volátil imaginación de
quienes en todo ven una jugada oculta, una cortina de humo, un elemento
distractor.
Esta mitología siempre ha acompañado a Guzmán Loera. Por
todo el país hay historias de que “El Chapo” se presentó en un restaurante, lo
cerró, les quitó sus teléfonos móviles a los demás comensales, comió, pagó la
cuenta de todos y les devolvió sus aparatos una vez que se hubo retirado. Quien
esto escribe ha escuchado esa misma historia, idéntica, en al menos tres
estados de la República diferentes.
Incluso, en Veracruz fue muy popular una historia acerca
de otra fuga de Guzmán Loera, durante el sexenio de Miguel Alemán. Cuenta esa
leyenda que el jefe del cártel de Sinaloa acudió a una fiesta en un rancho en
el municipio de Xico y que al enterarse que el ejército venía por él, habría
salido huyendo en un helicóptero. Como si fuera Fantomas o algún supervillano
de churro hollywoodense. Y hay quien jura y perjura que eso sucedió.
Una cosa sí es absolutamente cierta. El “Chapo” Guzmán
está libre. Y para el presidente Enrique Peña Nieto y el Gobierno Federal es el
más duro golpe a su credibilidad y a su capacidad de gobernar al país de todo
lo que va del sexenio. Mayor aún que la desaparición de normalistas de
Ayotzinapa o la “casa blanca” de Angélica Rivera.
La razón es simple: se trataba del mayor logro del
sexenio. La captura del “Chapo” Guzmán fue el más espectacular
hit que había conectado Peña Nieto. Y la manera como se fugó, apegándonos a la
versión del propio Gobierno Federal, sería de risa loca si no fuera porque
evidencia una ineptitud colosal. Y sobre todo, una corrupción inimaginable.
Si no puede mantener en una cárcel supuestamente de
“máxima seguridad” a un narcotraficante, por poderoso que éste sea, ¿qué cosa
puede garantizar este gobierno? Así de graves son las consecuencias de la fuga
de Guzmán Loera.
Y pueden ir más allá, si una vez recuperada su libertad,
se intensifica la disputa de territorios con las bandas rivales de
narcotraficantes, que con su captura creyeron que el “Chapo” estaba fuera de la
“jugada”.
La leyenda del “Chapo” Guzmán sigue creciendo. Para
desgracia de un país que ha hecho de estos sanguinarios criminales sus
estereotipos aspiracionales.
Por cierto, ¿cuándo presenta su renuncia Miguel Ángel
Osorio Chong como –fallido– secretario de Gobernación?
Email: aureliocontreras@gmail.com
Twitter: @yeyocontreras
Comentarios
Publicar un comentario