SEGURIDAD: LAS FALACIAS Y LA CRUDA REALIDAD

A pesar de la generalización de hechos violentos a lo largo del territorio nacional, las autoridades federales y las de cada una de las entidades pretenden “dorarle la píldora” a la población, asegurando que los índices delictivos han descendido y que la inseguridad se concentra sólo en ciertas zonas del país, donde se dejó crecer a los grupos criminales durante los últimos años.
Si bien es cierto que los gobiernos panistas que estuvieron al frente de la República los últimos 12 años tienen una gran responsabilidad en el desastre de la seguridad en México, la actual administración no puede rehuir de la suya, máxime que una de las promesas de campaña del presidente Enrique Peña Nieto fue, precisamente, devolver la paz arrebatada a los mexicanos por la abulia de Vicente Fox y la belicosidad y tozudez de Felipe Calderón.
Entre los mexicanos existe la percepción de que el actual gobierno no sólo no ha podido dar una respuesta contundente a este problema, sino que no tiene idea de cómo hacerle frente de manera efectiva.
Y lo anterior no es una mera opinión de quien esto escribe. De acuerdo con la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), cuyos resultados fueron dados a conocer la semana pasada, hasta diciembre de 2013, 68 por ciento de la población de 18 años y más que vive en las capitales de los estados o en ciudades de 100 mil habitantes o más, consideró que, en términos de delincuencia, vivir en su ciudad es inseguro, mientras que sólo el 31.9 por ciento piensa lo contrario.
Incluso, 35.9 por ciento de los entrevistados consideró que la situación de la delincuencia en su ciudad seguirá igual de mal durante los próximos 12 meses, 26.1 por ciento cree que empeorará, y un muy optimista 18.5 por ciento considera que mejorará.
Estas cifras, abunda la encuesta del Inegi –organismo dependiente del mismo Gobierno Federal–, no muestran variación respecto de las registradas en septiembre pasado, lo que habla del desencanto de la población ante los discursos vacíos de las autoridades federales y estatales, que caen por su propio peso al confrontarlos con la realidad.
Si no fuera una verdadera tragedia lo que pasa en México, moverían a risa y ternura las peroratas del secretario de Gobernación Miguel Ángel Osorio Chong, quien el martes, al acudir a la graduación de elementos de Seguridad Pública del Gobierno de Veracruz, se desvivió en elogios para la administración de Javier Duarte.
Osorio Chong afirmó que “hoy en Veracruz se está haciendo un gran trabajo, un trabajo para regresar la tranquilidad, la seguridad a todos los veracruzanos”, y anunció mayores recursos económicos para el estado en este rubro.
Y mientras el intercambio de cebollazos estaba en su máxima expresión, en Cosamaloapan fue encontrada muerta en una fosa clandestina la sobrina de un ex alcalde, y se dio a conocer que en Coatepec hay un toque de queda de facto para los menores de edad a partir de las 10 de la noche.
Es la cruda realidad que no puede ocultarse, por más falacias oficiales sobre la seguridad que se difundan en los medios.

Twitter: @yeyocontreras

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