¿QUIEBRA ECONÓMICA O REPRESALIA?

Veracruz terminó 2013 en medio de una fuerte polémica por el incumplimiento en el pago, en tiempo y forma, de aguinaldos y otras prestaciones a maestros y pensionados del estado.
Los últimos días del año transcurrieron en medio de las protestas, los bloqueos y la desesperación de cientos de personas que se vieron afectadas por esta medida, que les impidió tener felices fiestas al lado de sus familias, pues se tocó lo primero que una administración pública eficiente y seria debería garantizar: los ingresos de su gente .
Las explicaciones que se dieron a esta grave irresponsabilidad fueron por demás pueriles, manipuladoras y sin asidero en la realidad. Según el Gobierno del Estado, los recursos sí se depositaron y la demora fue por culpa de los bancos, algo por demás, inverosímil. Una mera excusa para sortear el temporal.
Lo primero que vino a la mente al observar esta situación es que es tal la debilidad de las finanzas estatales, que no alcanzó el dinero para que el gobierno cubriera todas sus obligaciones. Pero si bien es cierto que las arcas del estado están depauperadas, producto del derroche, la mala administración y las deudas que se arrastran desde el sexenio pasado, la retención de pagos de fin de año no fue un fenómeno generalizado.
A los demás trabajadores del estado, en particular a los sindicalizados, se les cubrió la totalidad de su aguinaldo (generoso como pocos, de 95 días) en los tiempos que marca la ley, puntualmente. Entonces, ¿qué pasó en el caso de los jubilados y los maestros?
Pues que muchos de ellos, afiliados a los sindicatos que cotizan en el Instituto de Pensiones del Estado, participaron (y algunos participan aún) en el movimiento magisterial que se opone a la llamada “reforma educativa”, y ahora están padeciendo las “consecuencias” de su activismo.
Hay que recordar que desde diciembre, varios de los mentores que protestaron contra la reforma recibieron descuentos en el pago de sus sueldos, y otros tantos, los que no se arreglaron con los supervisores de área y los directores de sus planteles, fueron cesados. El retenerles aguinaldos y prestaciones sería una medida más del paquete de represalias, para que sepan “a lo que le tiran” si no se “cuadran” con el poder.
Son éstas las formas y estilos del más rancio autoritarismo que se reeditaron desde el 1 de diciembre de 2012 y que en Veracruz se aplican como si estuviéramos en la década de los 70 del siglo pasado, y no entrando casi a la mitad de la segunda del siglo XXI.
Y lo que nos falta por ver.

Consolación

A Salvador Manzur se le cebó también su cantadísima ascensión como dirigente estatal del PRI, a donde, si no hay cambio de órdenes, arribará la ex alcaldesa de Xalapa Elizabeth Morales, aunque en justicia quien debería quedarse es la actual líder interina, Erika Ayala Ríos.
Así que ahora se ha filtrado a los medios que el destino del defenestrado y efímero ex secretario de Finanzas estatal sería la delegación de Banobras en Veracruz, cargo donde es verdad que se maneja una buena cauda de recursos y permite tener una relación cercana con los ayuntamientos, pero que políticamente no es nada lucidor.
A menos que se pretenda que Manzur lo convierta también en “oro molido”, como en el pasado proceso electoral local.

Twitter: @yeyocontreras


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