ENLOQUECIDOS POR LA SUCESIÓN
Fotografía: archivo |
Los modos facciosos y hasta pandilleriles que
caracterizan a Morena y que demostraron en todo su esplendor durante su
reciente elección interna, salieron a relucir nuevamente este fin e inicio de
semana.
Verdaderamente enloquecidos por la sucesión
en la gubernatura –hasta ¿parece? que Cuitláhuac García ya no gobernara-, la camarilla
que quiere mostrar a la zacatecana Rocío Nahle como “ungida” desde ahora con
una pretendida candidatura al gobierno de Veracruz, no dudó en irse incluso
contra su dirigente nacional, Mario Delgado Carrillo, porque se le ocurrió
aparecerse en el acto de campaña –disfrazado de informe de actividades- del
todavía presidente de la Cámara de Diputados, el minatitleco Sergio Gutiérrez
Luna.
Aunque “chillones” y pusilánimes como suelen
ser, en lugar de plantarse frontalmente mandaron a lanzar puyas contra Delgado
a un segundón: el mismo al que sacrificaron como diputado local plurinominal
para que entrara Juan Javier Gómez Cazarín a la LXVI Legislatura del Estado,
cuando no le correspondía. Pero el mensaje del “grupo Nahle” fue claro: no
están dispuestos a siquiera tolerar un atisbo de competencia por la candidatura
de Morena a la gubernatura de Veracruz.
Sus personeros, textoservidores y
cibersicarios se desgañitan por todos los medios que tienen a su disposición
–porque eso de que ya se acabó el “chayote” es una de las más grandes falacias
de la mal llamada “cuarta transformación”- vociferando que ya “no hay vuelta de
hoja” y que la secretaria de Energía –que nunca ha hecho absolutamente nada por
Veracruz- es desde ahora la “elegida” para suceder a Cuitláhuac García Jiménez
–o a quien en realidad gobierne la entidad- en el palacio de Enríquez.
Si así fuera, ¿por qué entonces tanto
alboroto? ¿Por qué los pone tan iracundos, tan fuera de sus cabales, el
activismo de un político que antes del año pasado era un completo desconocido
en el estado y que, al igual que Rocío Nahle, no tiene arraigo alguno en
Veracruz, aunque por lo menos él sí nació en la entidad?
Nadie que tenga dos dedos de frente podría
poner en duda que la decisión sobre quién será candidato o candidata de Morena
a la gubernatura de Veracruz pasa por la decisión de una sola persona: Andrés
Manuel López Obrador, cuyo estilo personal de hacer política es completamente
vertical, nostálgico de las “facultades metaconstitucionales” del Ejecutivo
mexicano que marcaron el ejercicio del poder en el régimen priista de partido
hegemónico, en el cual nadie más que el presidente de México decidía sobre las
candidaturas más importantes, incluida la de su sucesor.
Así que quien sea candidata o candidato de
Morena será una decisión personal que tomará López Obrador. Y si ya fuera un
hecho que se hubiese decantado por Rocío Nahle, ¿por qué la rasquiña con
Gutiérrez Luna?
Esa misma verticalidad que rige en el
“movimiento” lopezobradorista hace evidente que Sergio Gutiérrez no podría
haber derrochado millones de pesos en recursos durante el último año para su
promoción personal si no contara con la venia desde el más alto nivel. Irse por
la libre no está en el “manual del buen morenista” que, por el contrario, está
aleccionado para no cuestionar y para obedecer lo que ordene “ya saben quién”.
Más allá de lo que haya logrado posicionarse
en este tiempo Gutiérrez Luna –cuyos excesos no lo hacen una opción mejor para
el estado que cualquier otra de las que hay en su partido-, es un hecho que
“acalambró” al soberbio grupúsculo que cree que tiene facturado Veracruz para
sí. ¿Significa que será el candidato de Morena? Difícilmente. Pero lo que es un
hecho es que Nahle tampoco la tiene segura.
¿Será por eso que la quieren hacer pasar por
veracruzana a chaleco?
Email: aureliocontreras@gmail.com
Twitter: @yeyocontreras
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