LA VERDADERA (Y ÚNICA) OPOSICIÓN
Fotografía: Graciela López/Cuartoscuro |
Si hay una expresión crítica que ha sacado
por completo de balance al régimen lopezobradorista en los casi dos años que
van del sexenio, ha sido la de las feministas.
Las protestas que desde el año pasado han
realizado miles de mujeres en todo el territorio nacional, pero especialmente
las que en la Ciudad de México han tocado con su inevitable y justificada dosis
de virulencia –muy lejana de la violencia asesina real y cotidiana que padecen-
espacios como el de Palacio Nacional, el Ángel de la Independencia o el
Hemiciclo a Juárez, han tenido como respuesta la descalificación inmediata del
presidente Andrés Manuel López Obrador y del sistema que lo respalda.
Como acostumbra hacer con todo aquel que
cuestione a su gobierno (y sus múltiples falencias), el mandatario de la supuesta
“izquierda” ha echado mano de su trasnochada retórica ideologizada para
tildarlas de “conservadoras” y acusarlas de ser “manipuladas” por la “derecha”
para perjudicar a su gobierno –con el cual muchas de las manifestantes incluso
simpatizaban-, mientras se empeña en negar que la violencia contra las mujeres
vaya a la alza e incluso se atreva a rechazar las cifras que aporta su misma
administración sobre feminicidios, que en el primer semestre de 2020 alcanzaron
la cifra –oficial- de 489 en todo el país. La gran mayoría, si no es que todos,
impunes.
Hasta ahora la reacción –en el sentido
literal y más amplio de la palabra- más patética del lopezobradorismo
gobernante al movimiento feminista había sido su fallido y vergonzoso intento
por boicotear el llamado “paro de mujeres” del pasado 8 de marzo, usando para
ello a todo el aparato del Estado, incluido por supuesto el propagandístico (que
para difamar a los críticos de la mal llamada “cuarta transformación se pinta
solo).
Pero no lo lograron y esta iniciativa surgida
desde la sociedad civil –a la que tanto desprecia el presidente pero de la que
sin pudor tanto se colgó en sus años de opositor- expuso la miseria de un
gobierno indolente, sin respuestas a este fenómeno y sobre todo, sin un gramo
de empatía hacia las mujeres mexicanas, sector de la población que fue
determinante para su triunfo en las urnas en los comicios de 2018.
En los últimos días la historia se ha vuelto
a repetir. Este fin de semana, madres de mujeres asesinadas y/o abusadas
sexualmente, junto con integrantes de organizaciones feministas, tomaron las
instalaciones de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos -de las que salió
huyendo su incompetente y espuria titular, Rosario Piedra Ibarra- en protesta
por la absoluta indiferencia del régimen hacia la sistemática violencia que
sufren –dos madres que estuvieron en plantón ahí mismo días antes fueron
ignoradas- y en donde hasta el momento permanecen de manera indefinida.
La protesta incluyó pintas en las paredes de
las instalaciones y en cuadros de “héroes patrios” como Francisco I. Madero,
José María Morelos y Miguel Hidalgo, lo que provocó la ira de López Obrador,
que nuevamente calificó a las manifestantes de “conservadoras” y hasta de
“porfiristas” por no “respetar” particularmente la imagen del llamado “apóstol
de la democracia”.
“A mí su pinche cuadrito me viene valiendo
madres. Si el señor (Andrés Manuel López Obrador) dice que somos groseras, pues
lo que sí es una grosería es que a ese señor le duela más un puto cuadro, que aparte
es réplica, que la vida de nuestras hijas, de sus ciudadanas y ciudadanos”, le
replicó Yessenia Zamudio, integrante del Frente Nacional “Ni una Menos”, a
López Obrador. No hace falta agregar más.
Lo que ni los partidos políticos, ni los
organismos empresariales ni las asociaciones verdaderamente conservadoras han
logrado articular pese a los grandes recursos con que cuentan, lo hicieron las
mujeres sin proponérselo como tal y con argumentos contundentes e irrefutables:
son la verdadera voz de oposición a un régimen que además de inconsecuente,
mezquino e incapaz, ha quedado evidenciado como machista y misógino.
Y eso los tiene vueltos locos.
Email: aureliocontreras@gmail.com
Twitter: @yeyocontreras
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