SE PARECEN TANTO A TI, JAVIER
Fotografía: archivo |
En
poco menos de diez meses, las expectativas que existían sobre la alternancia
partidista y el cambio de régimen en Veracruz se vinieron abajo, derruidas por
el sismo de la incompetencia y la continuidad de las peores prácticas políticas.
En
entregas anteriores de la Rúbrica hemos descrito la manera como en el Congreso
del Estado se repiten e incluso se ha ido más allá en la simulación de actos
jurídicos para armar mayorías de papel e imponer la voluntad de un solo
partido, Acción Nacional, aun cuando en las urnas el mandato popular fue el de
la pluralidad de fuerzas, lo que tendría en consecuencia que generar diálogo y
negociación.
Pero
imbuidos por el personal estilo de hacer las cosas de su “jefe político”, el
gobernador Miguel Ángel Yunes Linares, los panistas se han empecinado en
arrebatar, avasallar y “mayoritear” en el Congreso del Estado. Exactamente
igual, y en algunos casos hasta peor, que como se los hacían a ellos mismos en
las legislaturas que los antecedieron, controladas por diputados priistas. Y particularmente
en las dos anteriores, las del sexenio de Javier Duarte de Ochoa.
La
disputa por el control del Congreso del Estado está en un punto muerto. La
bancada del PAN se apresta a quedarse no solamente con la Presidencia de la
Junta de Coordinación Política –en una maniobra cuya ilegalidad fue explicada
en la Rúbrica anterior-, sino también con las principales comisiones
legislativas, entre éstas, la Instructora, la de Hacienda del Estado y la de
Hacienda Municipal, en un acto de pandillerismo político perfectamente
calculado, pero totalmente carente de la mínima ética.
De
cumplir con su objetivo, el régimen yunista se abrirá paso para que le sea
aprobado sin chistar el Presupuesto de Egresos de 2018, al tiempo de quitarse
obstáculos para enderezar desafueros en contra de los ediles y representantes
populares que le representen un estorbo a sus intereses, utilizando para ese
fin, como ha sido desde el principio del bienio, a su brazo ejecutor, la
“autónoma” Fiscalía General del Estado.
Como
si experimentásemos un deja vu de
terror, somos testigos de cómo la ley se tuerce y se aplica con raseros
diferentes en el gobierno del “cambio”, exactamente igual que en el sexenio de
Javier Duarte. Y dos casos recientes y esclarecedores de la anterior afirmación
son los de la asociación “YUNETE” y la persecución a una funcionaria del
Ayuntamiento de Veracruz.
Usando
como ariete al periódico Notiver –así como Duarte utilizaba a Centinela-, el
yunismo gobernante emprendió una cacería en contra de la directora
de Servicios Municipales del Ayuntamiento de Veracruz, Fabiola Balmori. Al
periódico referido fueron filtradas fotografías en las que se apreciaba cómo se
guardaban despensas en la cochera de su domicilio particular –ubicado en un
fraccionamiento en el que no se permite a cualquiera el acceso-, y raudos y
veloces, policías ministeriales se presentaron en el mismo para aprehender a su
cónyuge, Juan Antonio Pinilla Rodríguez, en el momento en el que subían en camionetas
los paquetes.
Pinilla
afirmó que las despensas –que no portaban logotipo alguno- fueron adquiridas
por el Colegio de Ingenieros Mecánicos y Electricistas
de Veracruz, del cual es presidente, para llevarlas a los damnificados por los
sismos. Explicación que no le importó a la autoridad, que se lo llevó preso
junto con otras cinco personas, acusados de cometer un supuesto delito
electoral y ser descubiertos “en flagrancia”. Fueron liberados 24 horas más
tarde.
Sin embargo, y a pesar de haber cometido
exactamente el mismo presunto delito, al líder de la asociación “YUNETE”,
Rafael Abreu -quien semanas antes subió a sus redes fotografías y video del
reparto de despensas con los colores y tipografía utilizada por Miguel Ángel
Yunes Linares durante su campaña por la gubernatura-, únicamente se le
“despidió” de su puesto como funcionario público estatal, y supuestamente se le
investiga.
La diferencia es que mientras Rafael Abreu es
amigo personal del fiscal Jorge Winckler y los hijos del gobernador del estado,
Fabiola Balmori es una conocida priista del puerto de Veracruz, a la que se
pretende hacer a un lado de la contienda política del año entrante torciendo la
ley, y si se puede, metiéndola a la cárcel. Exactamente igual que en el sexenio
de Duarte de Ochoa hizo el entonces fiscal, Luis Ángel Bravo Contreras, con la
hoy diputada panista María Josefina Gamboa.
Se
parecen tanto a ti, Javier, que no nos dejan olvidarte.
Email:
aureliocontreras@gmail.com
Twitter:
@yeyocontreras
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