SÍ SE OLVIDA...
Al
conmemorarse el 45 aniversario de la masacre de estudiantes en la plaza de las
Tres Culturas en Tlatelolco, cabe preguntarse si es válida y vigente la
consigna que nació en las primeras manifestaciones para recordar este trágico
suceso, en las postrimerías de la década de los setenta: “2 de octubre no se
olvida”.
¿De
verdad no se olvida? ¿México no ha olvidado lo que pasaba en aquellos años,
cuando había un gobierno que encarcelaba disidentes, golpeaba maestros y asesinaba
estudiantes?
¿La
población de este país tendrá conciencia de que en esa época se vivía en un
México donde la libertad de expresión estaba cancelada y los medios de
comunicación sólo difundían una versión rosa, adulterada, fatua, de la realidad?
¿Habrá
memoria sobre esos tiempos en que en esta nación se violaban los derechos
humanos de la población? ¿Cuyos gobernantes saqueaban sus riquezas e
hipotecaban el futuro de varias generaciones de mexicanos?
¿Recordará
este país que la democracia era inexistente, de papel? ¿Que la corrupción lo
ahogaba?
¿Sabrán
quienes hoy van a marchar para recordar a los caídos de entonces que lo que se
pedía, entre otras cosas, era apertura al diálogo y alto a la represión?
¿Tendrán
idea de que a partir de ese suceso, y del “halconazo” de 1971, México no volvió
a ser el mismo y se inició el largo camino de una transformación que ha costado
mucho más que –citando a Winston Churchill– “sangre, sudor y lágrimas”?
Porque
hoy, en México, tan corto de memoria histórica, hay un gobierno que no escucha
los reclamos de la sociedad, y una sociedad que no es solidaria ni consigo
misma, que es capaz de pedir a gritos que se vuelva a reprimir a quienes se
atreven a expresar su descontento públicamente.
¿Que
Enrique Peña Nieto no es Gustavo Díaz Ordaz? No, ciertamente no lo es. Pero el talante
autoritario lo tiene y lo ha demostrado desde que era gobernador del Estado de
México. Y lo hizo más que evidente cuando tomó posesión de la Presidencia y en
el reciente desalojo de maestros del zócalo de la ciudad de México, acto que en el
estado de Veracruz emularon vergonzosamente.
Si
de verdad este país no ha olvidado lo que pasó el 2 de octubre de 1968, no se
entiende por qué, cada día que pasa, el México de hoy se parece más al de aquel
tiempo.
¿O
será que desde el 1 de julio de 2012, sí se olvidó?
Email: aureliocontreras@gmail.com
Twitter: @yeyocontreras
Cierto, muy cierto. Pero sabes qué, la gente tiene miedo. Antes, en el 68, al gobierno. Ahora, en el 2013, al gobierno y a la delincuencia. Desgraciadamente, creo que vamos pa' trás, peor que en la época de don Porfirio
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