JUNTA DE GOBIERNO UV: DESFONDADA Y EN DESCOMPOSICIÓN
Una nueva página vergonzosa de la historia reciente de la Universidad Veracruzana fue escrita por la pandilla que la tiene secuestrada.
Casi un mes después de presentada, se
confirmó la renuncia de José de Jesús Franco López a la Junta de Gobierno,
ocurrida el pasado 5 de septiembre. Durante casi un mes, el órgano que jura e
intenta convencer de que sus actos, como la prórroga ilegal concedida a Martín
Aguilar, son apegados a la legalidad, no consideró “necesario” informar a la
comunidad universitaria que uno de sus integrantes, el tercero al hilo, había
decidido abandonarlo.
Este no es un hecho aislado. Es el síntoma
más reciente de una espiral de desprestigio institucional provocada por la
captura política de sus órganos autónomos y la simulación como método de dirección.
Franco López fue uno de los siete integrantes
de la Junta de Gobierno que, en junio pasado, avalaron la “prórroga” como rector
de la UV de Martín Aguilar Sánchez. Así que su salida se da no por dignidad ni
decoro, pues fue cómplice del daño infringido a la UV.
Esta renuncia se suma a las de María Angélica
Buendía y Haydee Zizumbo, quienes abandonaron el “barco” antes de que se
hundiera totalmente en un pantano de descrédito al aprobar la extensión
arbitraria del periodo rectoral, y antes a las de Alfredo Sánchez Castañeda,
Hugo Casanova y Erika Maldonado. La Junta de Gobierno ha perdido más de la
mitad de sus integrantes en un muy corto periodo de tiempo, por razones que
nadie explica, como si no se tratase de una institución pública, en medio de un
silencio que raya en lo cómplice, por decirlo amablemente.
El organismo que tiene en sus manos una de
las más altas responsabilidades en la Universidad Veracruzana, ni más ni menos
que la designación de su principal autoridad, no se ha tomado la molestia de emitir
un solo comunicado sobre lo que prácticamente parece una pavorosa huida de sus
integrantes –dos, a medio proceso de designación-, y solo ha actualizado su
lista oficial de miembros cuando es un hecho consumado su sustitución,
restándole por completo legitimidad a la toma de decisiones en nombre de la
legalidad universitaria y reafirmando la idea de que dichas decisiones se toman
sin sustento normativo y solo obedecen a intereses personales o políticos.
La Universidad Veracruzana está siendo
conducida por un grupo que ha hecho de la simulación su principal herramienta
de poder. Martín Aguilar, lejos de encabezar un proyecto académico, ha
convertido la rectoría en un espacio de “blindaje” a su proyecto personal,
sostenido por una Junta de Gobierno desfondada, desacreditada y ahora, en
proceso de cuasi desintegración.
La renuncia de Franco López, mantenida en
secreto durante 25 días, no solo confirma la descomposición del órgano
colegiado. Revela el desprecio absoluto por la comunidad universitaria, por la
transparencia y la rendición de cuentas. Y lo hace en un momento en que la Red
UV por la Legalidad ha convocado a una toma simbólica de la Rectoría, exigiendo
la destitución del rector, la renovación de una Junta de Gobierno que ya es insostenible
y la emisión de una convocatoria legítima para elegir nuevas autoridades.
La UV no merece que sus estudiantes, profesorado
y trabajadores sean tratados como espectadores de una farsa institucional. Merece
recuperar su dignidad. Y eso solo será posible si se rompe el pacto de
silencio, se exige rendición de cuentas y se desmonta el aparato de simulación
que hoy la tiene raptada por un grupo de mafiosos, indignos de ser llamados
académicos.
¿A
quién le creemos?
Una madre se presentó en un acto público de
la gobernadora Rocío Nahle y por segunda ocasión, y desde el piso sobre el que
se desplomó, le pidió justicia para su hija, violada dentro de un plantel
educativo en Minatitlán en 2022, y a cuyos docentes responsables se les
protegió para no ser llamados a cuentas. Pero para la gobernadora, la madre
agraviada denunció a personas que “no tienen nada que ver”.
¿A quién le creemos?
Email: aureliocontreras@gmail.com
X: @yeyocontreras
Comentarios
Publicar un comentario