PODERES SOMETIDOS
Fotografía: Gobierno de Veracruz |
A
imagen y semejanza de lo que sucede a nivel federal, en Veracruz está en marcha
la colonización de organismos y poderes a los que de autónomos solo les quedará
el estatus legal.
Este
lunes se concretó lo que estaba cantado desde el viernes de la semana pasada:
el nombramiento de Sofía Martínez Huerta como magistrada presidente del
Tribunal Superior de Justicia del Estado de Veracruz (TSJE).
Su
nombramiento generó descontento al interior del Poder Judicial estatal por
varias razones. La principal, que Martínez Huerta fue designada como magistrada
hace apenas mes y medio.
El
pasado 14 de octubre y tras varios meses en el limbo jurídico, a propuesta del
gobernador Cuitláhuac García Jiménez fueron designados por el Congreso del
Estado 13 nuevos magistrados del TSJE, que entraron a ocupar las vacantes que
dejaron igual número de togados que durante el bienio de Miguel Ángel Yunes
Linares fueron “invitados” a jubilarse.
Entre
esos nuevos magistrados se encuentra Sofía Martínez Huerta, que si bien tiene
una trayectoria de más de dos décadas en el ámbito judicial, ésta transcurrió
en cargos menores: fue secretaria de juzgado, jueza municipal y secretaria de
la Sala Civil del propio TSJE.
Y
como ya se está volviendo costumbre en tiempos de la autodenominada “cuarta
transformación”, lo que pesó a la hora de su nombramiento por el Pleno del
Poder Judicial del Estado no fue ni de cerca el perfil, ni la experiencia ni la
trayectoria, sino la “recomendación” proveniente desde otro Poder. En este
caso, del Ejecutivo estatal.
Ha
sido práctica recurrente en los últimos meses imponer incondicionales del
régimen en espacios clave, tanto en el ámbito federal como en la entidad.
Sucedió en la Fiscalía General del Estado y en el Órgano de Fiscalización
Superior, en donde ahora despachan una operadora de la Secretaría de Gobierno y
una ex representante de Morena ante organismos electorales, respectivamente.
Además,
para lavarse un poco la cara por los feminicidios que asuelan Veracruz, el
régimen ha procurado que estos nombramientos recaigan en mujeres, para dar una
imagen de supuesta inclusión y paridad de género, que queda desvirtuada cuando
lo que en realidad se busca es colocar incondicionales que les permitan a
otros, hombres, tener el control institucional del estado sin contrapeso alguno.
Dirán
que eso también pasaba antes. Que cada gobernador colocaba en el Poder Judicial
a un presidente a modo, así como a titulares de organismos supuestamente
autónomos sometidos por los intereses políticos. Y no hay duda de que eso es
verdad.
Pero
como en función de lo ocurrido en un año de “4T” la cantaleta de que “se
suponía que eran diferentes” está completamente desgastada, lo único que resta
decir es lo evidente: son iguales a ésos a los que antes criticaron y
combatieron. Lo único que buscaban era el poder. Aunque hasta ahora no han
demostrado que sepan hacer algo con él, que no sea medrar.
Cinismo desbordado
Y
hablando de ser “diferentes”, el acarreo descarado operado por el gobierno de
Veracruz para obligar a los burócratas estatales a asistir a la faraónica
concentración en el zócalo de la Ciudad de México por el primer año de
administración del presidente Andrés Manuel López Obrador, constituye por lo
menos una coacción que merecería una investigación y castigo.
Pero
el cinismo está desbordado.
Fotografía: tomada de redes sociales |
Email:
aureliocontreras@gmail.com
Twitter:
@yeyocontreras
Comentarios
Publicar un comentario