GOBIERNO EN VILO
Fotografía: Gobierno del Estado de Veracruz |
Quienes conocen de cerca al gobernador
Cuitláhuac García Jiménez aseguran que no es una mala persona ni un hombre
malintencionado. Por el contrario, afirman que es verdadero su compromiso por
sacar adelante al estado de Veracruz de la profunda crisis en la que lleva
varios años sumido.
Sin embargo y como resulta evidente, las
buenas intenciones no bastan para gobernar una entidad con la complejidad de la
veracruzana. No es suficiente tener ganas de hacer bien las cosas. Es menester
contar con capacidad probada y allegarse de colaboradores que sepan desempeñar
con eficacia el trabajo que les es encomendado.
Y eso es precisamente de lo que adolece la
administración de García Jiménez, lo cual ha quedado de manifiesto en sus poco
más de 100 días al frente del gobierno de Veracruz. Un gobierno que
trastabilla, se tambalea y azota contra el piso a la menor provocación, que
vaya que no le han faltado.
La falta de pericia política del gobernador y
de quienes cobran –porque por lo visto no ejercen- como sus operadores y
asesores ha provocado varios conflictos que en los últimos días comprometieron
la gobernabilidad misma en varios puntos de la entidad.
Del tema de la inseguridad y de los abiertos
desafíos de la delincuencia organizada al gobierno estatal se ha hablado y
escrito profusamente las últimas semanas. Lo que no se ha visto por ningún lado
es que exista una estrategia eficaz para contener y someter a estos grupos, que
demostraron que en un abrir y cerrar de ojos pueden poner en vilo la
estabilidad en todo el estado, como quedó exhibido durante las jornadas de
violencia del pasado fin de semana.
Pero la inseguridad no es el único problema
que aqueja al gobierno morenista. La total ausencia de sensibilidad y hasta de
voluntad para la negociación política ha provocado el retorno del desorden y
los bloqueos a las vías de comunicación como medida de presión,
paradójicamente, a una administración en cuyas filas se encuentran varios
personajes surgidos de esos movimientos sociales que ahora se le rebelan a la
“4T”. Por ejemplo, el mismo secretario de Educación, Zenyasen Escobar García, a
quien este martes le aplicaron aquello de que “para que la cuña apriete, ha de
ser del mismo palo”. O en este caso, del mismo movimiento magisterial que
enloqueció la capital del estado como no se veía desde los peores días del
duartismo.
Y la pregunta es, ¿qué es lo que hacen el
secretario de Seguridad Pública, Hugo Gutiérrez Maldonado, el de Gobierno Eric
Patrocinio Cisneros o el propio Zenyasen Escobar? ¿Para qué están en las
posiciones que les fueron encomendadas, además de para echar bravatas y culpar
de todo lo que sucede a gobiernos anteriores?
Porque si bien es cierto que los “emisarios
del pasado” le han jugado varias malas pasadas al gobierno estatal –como la
reciente viralización de un supuesto oficio de “licencia” como gobernador de
Cuitláhuac García- eso no sería posible si existieran operadores atentos a contener
los embates para desestabilizar a una administración que ha demostrado estar
muy “verde” para el reto que representa Veracruz.
Tanto así, que en el Altiplano han comenzado
a enviar señales y mensajes cada vez más rudos y directos al gobierno de García
Jiménez. El último, el exhorto presentado este martes en el Senado de la
República por la legisladora ¡yunista! Indira Rosales para que expliquen cuál
es la estrategia de seguridad para el estado, el cual fue aprobado por
unanimidad. Sí, incluyendo a los senadores de Morena.
Si el gobernador Cuitláhuac García Jiménez no
escucha o no entiende estos mensajes, actúa en consecuencia y cambia lo que
necesite cambiar, que no le extrañe que sea a él a quien aplaste el manotazo
que viene. Y nadie a su alrededor va a interceder por él. Aunque sea una buena
persona.
Email: aureliocontreras@gmail.com
Twitter: @yeyocontreras
Comentarios
Publicar un comentario