EL PAN ROJO
Cuando en
2013 el Gobierno del Estado de Veracruz promovió la asonada para imponer a la actual
dirigencia estatal del Partido de la Revolución Democrática, este instituto
político se ganó el mote de “PRD rojo”.
Así es
llamado hasta la fecha, por la abierta complicidad de sus dirigentes con el
gobierno estatal surgido del PRI, cuyo color emblema desde hace unos diez años
es, precisamente, el rojo.
Pues
bien, la capacidad corruptora del Revolucionario Institucional ha vuelto por
sus fueros desde que retornó a Los Pinos, y hace gala de ésta para cooptar a
políticos de cualquier traza, ideología o partido que le resulte necesario para
sus fines.
Esto se
ha evidenciado en la elección interna de Acción Nacional para renovar su
dirigencia. El candidato del Gobierno Federal es Gustavo Madero, quien en su
primer periodo como presidente del Comité Ejecutivo Nacional panista fue adicto
a los pactos con la administración de Enrique Peña Nieto.
Según
una buena parte de los militantes del PAN, los que apoyan a su contrincante
Ernesto Cordero, Madero se entendió con Peña Nieto más allá de lo política y
moralmente permisible. “Se convirtió en un títere”, acusan, a cambio de quién
sabe qué tipo de prebendas, y por ello promueven un regreso a “los orígenes” y
a la “honestidad” en ese partido.
Lo
irónico es que en Veracruz la situación es completamente al revés. Quien cooptó
a los seguidores de Ernesto Cordero es el gobierno de Javier Duarte de Ochoa,
quien quiere evitar que Gustavo Madero se reelija al frente de la dirigencia
nacional del blanquiazul, o al menos, que gane la contienda interna en la
entidad. Aquí el PAN “enrojeció” en sentido inverso.
Ya se
imaginará el acucioso lector y la informada lectora la razón por la que el
gobierno veracruzano tiene interés en incidir en la interna panista. En efecto,
es porque su más odiado enemigo, Miguel Ángel Yunes Linares, apoya a Gustavo
Madero.
Si
Madero gana la elección y se mantiene por un periodo más al frente del PAN,
Yunes Linares estaría en una posición ventajosa para hacerse, primero, de la
dirigencia estatal, y luego de la candidatura panista a la gubernatura en 2016.
Eso es
lo que quieren evitar los panistas veracruzanos no afines al yunismo y, con
mayor razón, el gobierno estatal priista, obsesionado con cerrarle el paso a su
más enconado adversario. Tanto así, que el gobierno duartista está dispuesto a
ir contracorriente de la “línea” marcada por el presidente Peña Nieto, que como
ya mencionamos, es favorable a Madero. Y esto no es especulación.
En este
mismo espacio relatamos hace unas semanas cómo el coordinador de la bancada
tricolor en San Lázaro, Manlio Fabio Beltrones Rivera, paró en seco a los
diputados federales veracruzanos del PRI que, por órdenes de su gobernador,
pretendieron presentar un punto de acuerdo ante el pleno para que se
investigara a Yunes Linares por su presunta responsabilidad en la fuga de
Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera en 2001.
Como ni
el gobernador Duarte ni ningún otro intermediario consultó esta intención con
la Presidencia de la República, el pretendido punto de acuerdo nunca llegó a la
tribuna, pues no estaba en el interés de Los Pinos abrirle un frente a Madero
con una investigación judicial a uno de sus simpatizantes más activos, decisión
que, como también revelamos en este espacio, provocó la cólera del mandatario
veracruzano, quien, según una fuente bien enterada, explotó diciendo que no
tenía por qué pedirle permiso de nada a nadie.
Más allá
de la anécdota, lo destacable es que Acción Nacional también está hundido en el
mismo fango en el que se revuelcan otros partidos y sus políticos. Es el PAN
rojo que, como un perro con sarna, se muerde la cola.
Email: aureliocontreras@gmail.com
Twitter:
@yeyocontreras
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